Yo tan sólo perseguía un sueño demasiado incierto:
aprender de una guitarra audaz y un corazón abierto.
Eran tiempos fríos y rotundos en cualquier sentido,
el camino de la tolerancia no era conocido.
Y les tuve que hacer frente a todos,
querían decidir por mí;
vaya sorpresa, de p***to me vi
que iba solo.
Nada tuve que no fueras tú,
la suerte de sentirme amado.
Nada tuve que no fueras tú
que dijera eso no, te has equivocado.
Nada tuve que no fueras tú
a mi lado.
Hoy parece que la suerte se reconcilió conmigo,
puedo al menos regalar un verso y ser correspondido.
Quien me escucha sabe por quien sufro, si sufrir supiera,
y a su solo juicio me someto para lo que quiera.
Pero el tiempo corre tan deprisa
y el encuentro es siempre tan fugaz,
sólo la angustia no falta jamás
a la cita.
Nada tengo que no seas tú,
la suerte de sentirme amado.
Nada tengo que no seas tú
y ese par de granujas desvergonzados.
Nada tengo que no seas tú
a mi lado.
Cualquier día me dirá cualquiera con indiferencia
que he perdido el tren, que me he quedado atrás, que me convenza.
Poco a poco me pondré a ordenar las fotografías
y un legajo de recortes viejos y mejores días.
Me hablarán del tiempo los amigos,
"tranquilos todo marcha bien",
y se me irán contagiados también
del olvido.
Nada espero que no seas tú,
la suerte de sentirme amado
Nada espero que no seas tú
y el recuerdo de un sueño por descontado.
Nada espero que no seas tú
a mi lado.
aprender de una guitarra audaz y un corazón abierto.
Eran tiempos fríos y rotundos en cualquier sentido,
el camino de la tolerancia no era conocido.
Y les tuve que hacer frente a todos,
querían decidir por mí;
vaya sorpresa, de p***to me vi
que iba solo.
Nada tuve que no fueras tú,
la suerte de sentirme amado.
Nada tuve que no fueras tú
que dijera eso no, te has equivocado.
Nada tuve que no fueras tú
a mi lado.
Hoy parece que la suerte se reconcilió conmigo,
puedo al menos regalar un verso y ser correspondido.
Quien me escucha sabe por quien sufro, si sufrir supiera,
y a su solo juicio me someto para lo que quiera.
Pero el tiempo corre tan deprisa
y el encuentro es siempre tan fugaz,
sólo la angustia no falta jamás
a la cita.
Nada tengo que no seas tú,
la suerte de sentirme amado.
Nada tengo que no seas tú
y ese par de granujas desvergonzados.
Nada tengo que no seas tú
a mi lado.
Cualquier día me dirá cualquiera con indiferencia
que he perdido el tren, que me he quedado atrás, que me convenza.
Poco a poco me pondré a ordenar las fotografías
y un legajo de recortes viejos y mejores días.
Me hablarán del tiempo los amigos,
"tranquilos todo marcha bien",
y se me irán contagiados también
del olvido.
Nada espero que no seas tú,
la suerte de sentirme amado
Nada espero que no seas tú
y el recuerdo de un sueño por descontado.
Nada espero que no seas tú
a mi lado.