Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir
Pero no importa saber
que voy a tener el mismo final
porque me queda el consuelo
que Dios nunca morirá
Voy a dejar las cosas que amé
la tierra ideal que me vio nacer
sé que después habré de gozar
la dicha y la paz que en Dios hallaré
Sé que la vida empieza
en donde se piensa
que la realidad pedida
Sé que Dios nunca muere
y que se conduele
del que busca su beatitud
Sé que una nueva luz
habrá de alcanzar
nuestra soledad
Y que todo aquel
que llega a morir
empieza a vivir una eternidad
Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir
Pero no importa saber
que voy a tener el mismo final
porque me queda el consuelo
que Dios nunca morirá
Voy a dejar las cosas que amé
la tierra ideal que me vio nacer
sé que después habré de gozar
la dicha y la paz que en Dios hallaré
Sé que la vida empieza
en donde se piensa
que la realidad pedida
Sé que Dios nunca muere
y que se conduele
del que busca su beatitud
Sé que una nueva luz
habrá de alcanzar
nuestra soledad
Y que todo aquel
que llega a morir
empieza a vivir una eternidad
Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir