Ramón Inclán
En tus manos está nuestra dicha o dolor,
amorcito del alma.
Nadie más solo tú es quién puede decir
la última palabra.
Decídete, decídete, decídete
a decir sí o no, a entregarme tu amor
o llenarme de pena.
El infierno es mejor a esta cruel situación
de incertidumbre.
De una vez por favor, sea por bien o por mal:
decídete.
Decídete, decídete, decídete
a decir sí o no, a entregarme tu amor
o llenarme de pena.
El infierno es mejor a esta cruel situación
de incertidumbre.
De una vez por favor, sea por bien o por mal:
decídete.
En tus manos está nuestra dicha o dolor,
amorcito del alma.
Nadie más solo tú es quién puede decir
la última palabra.
Decídete, decídete, decídete
a decir sí o no, a entregarme tu amor
o llenarme de pena.
El infierno es mejor a esta cruel situación
de incertidumbre.
De una vez por favor, sea por bien o por mal:
decídete.
Decídete, decídete, decídete
a decir sí o no, a entregarme tu amor
o llenarme de pena.
El infierno es mejor a esta cruel situación
de incertidumbre.
De una vez por favor, sea por bien o por mal:
decídete.