Cuando no quería saber nada del mundo
las montañas parecían mi planeta
y entre las últimas horas
de un sueño de agosto
andan buscando una paz de juguete
a saltos por los charcos
de una ciudad que ni existe en los sueños.
Cuando todo estaba bien
que pequeña se hacía la amistad
caminaba por los tragos de una cerveza
que mantenía una pasión encerrada
en un apartamento de paso.
Es imposible sentir una mano,
con ese espíritu dormido
y en un banco
cualquier tarde de nada
me pregunto un segundo,
un beso de tus manos,
sólo una canción
las montañas parecían mi planeta
y entre las últimas horas
de un sueño de agosto
andan buscando una paz de juguete
a saltos por los charcos
de una ciudad que ni existe en los sueños.
Cuando todo estaba bien
que pequeña se hacía la amistad
caminaba por los tragos de una cerveza
que mantenía una pasión encerrada
en un apartamento de paso.
Es imposible sentir una mano,
con ese espíritu dormido
y en un banco
cualquier tarde de nada
me pregunto un segundo,
un beso de tus manos,
sólo una canción