Yo no protesto por migo
porque soy muy poca cosa.
Reclamo porque a la fosa
van las penas del mendigo.
Potreros con más frijoles
es lo que aquí se reclama.
Pa'l pobre una buena cama
y un cielo con arreboles.
Me amarga la situación
cómo cambiarla pudiera.
Pero ordenaré el problema
al ritmo de una canción.
Me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.
Válgame Dios cómo están
todos los pobres cristianos
en este mundo inhumano
partidos mitá a mitá.
Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿Porqué el pudiente se olvida?
Si el sol pudieran guardarlo
lo hicieran de buena gana
de noche, tarde y mañana
quisieran acapararlo.
Por suerte que pa' alcanzarlo
se necesitan cojones.
De rabia esconden las flores
las meten en calabozos
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.
No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.
En este mundo moderno
qué sabe el pobre del queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno
por casa callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?
Eso sí que no lo sé
pero bien sé que el burgués
se pita al pobre verdejo.
No pierdo las esperanzas
de que esto tenga su arreglo.
Un día este pobre pueblo
tendrá una feliz mudanza.
El toro sólo se amansa
montándolo bien en pelo.
No tengo ningún recelo
de verlo vuelto tirilla
cuando se dé la tortilla
la vuelta que tanto anhelo.
porque soy muy poca cosa.
Reclamo porque a la fosa
van las penas del mendigo.
Potreros con más frijoles
es lo que aquí se reclama.
Pa'l pobre una buena cama
y un cielo con arreboles.
Me amarga la situación
cómo cambiarla pudiera.
Pero ordenaré el problema
al ritmo de una canción.
Me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.
Válgame Dios cómo están
todos los pobres cristianos
en este mundo inhumano
partidos mitá a mitá.
Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿Porqué el pudiente se olvida?
Si el sol pudieran guardarlo
lo hicieran de buena gana
de noche, tarde y mañana
quisieran acapararlo.
Por suerte que pa' alcanzarlo
se necesitan cojones.
De rabia esconden las flores
las meten en calabozos
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.
No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.
En este mundo moderno
qué sabe el pobre del queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno
por casa callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?
Eso sí que no lo sé
pero bien sé que el burgués
se pita al pobre verdejo.
No pierdo las esperanzas
de que esto tenga su arreglo.
Un día este pobre pueblo
tendrá una feliz mudanza.
El toro sólo se amansa
montándolo bien en pelo.
No tengo ningún recelo
de verlo vuelto tirilla
cuando se dé la tortilla
la vuelta que tanto anhelo.