(Voy arrinconarte en mis pasiones...
juegas a esconderte de un fantasma...)
Voy arrinconarte en mis pasiones,
te perseguiré en tus tentaciones
aunque no me puedas ver.
Voy a convertirme en mil zumbidos
que te aturdirán y te confundirán al caminar.
Va tomarte unos instantes descodificar
las palabras, que se enredan a tu alrededor,
de la gente que te habla sin imaginar
que no estás allí.
Puedes pretender que no me escuchas,
que es sólo estrés que da la vida,
falta de concentración.
Juegas a esconderte de un fantasma,
no puedes llenar tu pecho en una sola aspiración.
Huyes de un aroma que quedó en tu piel,
no hay distancia recorrida que te aleje de él,
una puerta espacio-tiempo que quedó sin cerrarse bien.
Huyes de un aroma que quedó en tu piel,
no hay distancia recorrida que te aleje de él,
una puerta espacio-tiempo que quedó
sin cerrarse bien.
Voy a ser pendiente que cuelga en tu cuello,
que aunque no está libre se aprovecha de ello
para acariciarte más.
Para balancearme entre tus pensamientos
y perder mi frío con sólo el contacto de piel.
Va tomarte unos instantes descodificar
las palabras, que se enredan a tu alrededor,
de la gente que te habla sin imaginar
que no estás allí: que estás junto a mi.
juegas a esconderte de un fantasma...)
Voy arrinconarte en mis pasiones,
te perseguiré en tus tentaciones
aunque no me puedas ver.
Voy a convertirme en mil zumbidos
que te aturdirán y te confundirán al caminar.
Va tomarte unos instantes descodificar
las palabras, que se enredan a tu alrededor,
de la gente que te habla sin imaginar
que no estás allí.
Puedes pretender que no me escuchas,
que es sólo estrés que da la vida,
falta de concentración.
Juegas a esconderte de un fantasma,
no puedes llenar tu pecho en una sola aspiración.
Huyes de un aroma que quedó en tu piel,
no hay distancia recorrida que te aleje de él,
una puerta espacio-tiempo que quedó sin cerrarse bien.
Huyes de un aroma que quedó en tu piel,
no hay distancia recorrida que te aleje de él,
una puerta espacio-tiempo que quedó
sin cerrarse bien.
Voy a ser pendiente que cuelga en tu cuello,
que aunque no está libre se aprovecha de ello
para acariciarte más.
Para balancearme entre tus pensamientos
y perder mi frío con sólo el contacto de piel.
Va tomarte unos instantes descodificar
las palabras, que se enredan a tu alrededor,
de la gente que te habla sin imaginar
que no estás allí: que estás junto a mi.