No sabe aquel que nunca dejó
su amada a la distancia, el pesar
que al alma impone un duro rigor,
que viene de ladero,
que a veces la nombra
midiendo el sendero,
mi paso va adelante
y atrás el corazón.
El rumbo que me aleja tan cruel,
me roba sus caricias de amor,
y sólo el pensamiento la ve,
la escucha embelesado,
la besa con ansias,
la siente a mi lado.
Y voy, así soñando,
más lejos cada vez...
Blanca palomita que pasás volando
rumbo a la casita donde está mi amor,
palomita blanca, para el triste ausente
sos como una carta de recordación...
Si la ves a la que adoro,
sin decir que lloro, dale alguna idea
de lo muy amargo que es vivir sin ella,
que es perder su amante calor...
Sigan adelante, pingos de mi tropa,
que de un viento errante somos nubarrón
que en un mar de ausencia se nos va la vida
rumbo a la querencia dándole el adiós...
¡Palomita blanca!
vuela noche y día de mi nido en busca
y escribí en el cielo con sereno vuelo:
"No te olvida nunca, sólo piensa en vos".
No sabe aquel que nunca dejó
su amada a la distancia, el pesar
que al alma impone un duro rigor,
que viene de ladero,
que a veces la nombra
midiendo el sendero,
mirando allá en las sombras
los pagos que dejó...
La he visto entre mis brazos llorar
la he visto al darme vuelta al partir
su tibio pañuelito agitar,
y luego irse achicando
su imagen lejana...
y en mi alma agrandado
su encanto... y esta pena
de no tenerla más...
su amada a la distancia, el pesar
que al alma impone un duro rigor,
que viene de ladero,
que a veces la nombra
midiendo el sendero,
mi paso va adelante
y atrás el corazón.
El rumbo que me aleja tan cruel,
me roba sus caricias de amor,
y sólo el pensamiento la ve,
la escucha embelesado,
la besa con ansias,
la siente a mi lado.
Y voy, así soñando,
más lejos cada vez...
Blanca palomita que pasás volando
rumbo a la casita donde está mi amor,
palomita blanca, para el triste ausente
sos como una carta de recordación...
Si la ves a la que adoro,
sin decir que lloro, dale alguna idea
de lo muy amargo que es vivir sin ella,
que es perder su amante calor...
Sigan adelante, pingos de mi tropa,
que de un viento errante somos nubarrón
que en un mar de ausencia se nos va la vida
rumbo a la querencia dándole el adiós...
¡Palomita blanca!
vuela noche y día de mi nido en busca
y escribí en el cielo con sereno vuelo:
"No te olvida nunca, sólo piensa en vos".
No sabe aquel que nunca dejó
su amada a la distancia, el pesar
que al alma impone un duro rigor,
que viene de ladero,
que a veces la nombra
midiendo el sendero,
mirando allá en las sombras
los pagos que dejó...
La he visto entre mis brazos llorar
la he visto al darme vuelta al partir
su tibio pañuelito agitar,
y luego irse achicando
su imagen lejana...
y en mi alma agrandado
su encanto... y esta pena
de no tenerla más...