Levantad muros. Construid prisiones. Haced del mundo un lugar seguro. La persuasión y la sutileza son sin ninguna duda sus mejores herramientas. Del mismo modo que en otro tiempo lo fue la imposición a través de la violencia pura y dura. Violencia pura y dura en Democracia como en Dictadura. Tanto monta, monta tanto. Tanto monta, monta tanto. Ya nada escapa, ya nadie se escapa de las modernas formas de control y vigilancia. Según se entienda o según convenga: masiva o selectiva, punitiva o persuasiva. La represión es el arma, es el escudo que blinda y que protege al sistema. Es el cinturón de hierro tras el cual se parapeta. Seguridad. Levantad muros. Construid prisiones. Seguridad. Haced del mundo un lugar seguro. Seguridad. Que no peligren las posesiones de aquellos que por tener más temen. Apocalipsis y paranoia resumen la esencia de una sociedad enferma, que considera y que determina el encierro como la solución a sus problemas. Dispositivos de aislamiento. Habitaciones de silencio. Vallas que limiten, rejas que contengan las probabilidades de contacto y de contagio. Pánico, el pánico es el argumento. Pánico, el pánico y es el sustento de un sistema que busca socializar el miedo: hacerlo de nadie para hacerlo todos. Control total, prisión continua. Existe un ojo que todo lo vigila. Prisión total, control continuo. Ese que sin ser visto todo lo domina. La libertad no puede protegerse con cadenas. Ni bajo llave, ni entre muros ni con celdas. Muros. Puertas. Vallas. Rejas. No se la encierra como se encierra a las bestias. Ni se la enseña a tener miedo de si misma. No es el espacio de aire contenido en una jaula. Muros, puertas, vallas, rejas. La libertad es todo, todo lo que se nos niega. La libertad no es algo que se compre o que se venda. Ni es propiedad de nadie que pretenda poseerla. Muros, más y más muros. Puertas que inspiren miedos. Vallas más allá del cielo. Rejas que sepulten sueños.