Muy cerca al río Neiva tengo mi choza y mi plantío,
allí trabajando paso la vida con mi morena,
por las nochecitas bajo con ella a la orilla el río
tiendo mis anzuelos juntitos con ella.
Muy cerca al río Neiva tengo mi choza y mi plantío,
allí trabajando paso la vida con mi morena,
por las nochecitas bajo con ella a la orilla el río
tiendo mis anzuelos juntitos con ella.
Allí formé un hogar chiquito,
lejos de maldades,
donde el sol por entre el guadual
y mis arrozales besa el manantial.
Todos los domingos bajo con ella a Campoalegre,
a vender los frutos frescos y sanos de mi alquería,
después del mercado tomo mis rones, me pongo alegre,
y regreso al rancho con la negra mía.
Todos los domingos bajo con ella a Campoalegre,
a vender los frutos frescos y sanos de mi alquería,
después del mercado tomo mis rones, me pongo alegre,
y regreso al rancho con la negra mía.
Allí formé un hogar chiquito,
lejos de maldades,
donde el sol por entre el guadual
y mis arrozales besa el manantial.
allí trabajando paso la vida con mi morena,
por las nochecitas bajo con ella a la orilla el río
tiendo mis anzuelos juntitos con ella.
Muy cerca al río Neiva tengo mi choza y mi plantío,
allí trabajando paso la vida con mi morena,
por las nochecitas bajo con ella a la orilla el río
tiendo mis anzuelos juntitos con ella.
Allí formé un hogar chiquito,
lejos de maldades,
donde el sol por entre el guadual
y mis arrozales besa el manantial.
Todos los domingos bajo con ella a Campoalegre,
a vender los frutos frescos y sanos de mi alquería,
después del mercado tomo mis rones, me pongo alegre,
y regreso al rancho con la negra mía.
Todos los domingos bajo con ella a Campoalegre,
a vender los frutos frescos y sanos de mi alquería,
después del mercado tomo mis rones, me pongo alegre,
y regreso al rancho con la negra mía.
Allí formé un hogar chiquito,
lejos de maldades,
donde el sol por entre el guadual
y mis arrozales besa el manantial.