1 de un mes de mil novecientos lo que sea,
son los últimos instantes para los creyentes y los que no crean.
El ser humano por su afán de saberlo todo y dominarlo,
ha caído en la cuenta, de que hay algo que siempre es mejor ni adivinarlo.
El tiempo como todos sabemos siempre medido por un reloj,
ha sido puesto en manos de la ciencia para su entera disposición,
lo que nunca nadie ha sabido y lo que nadie nunca sabrá,
es la hora y fecha exacta de cuando tu vida acabará.
Por una sencilla razón, todos creemos ser inmortales,
hasta que el día más inesperado fallan nuestros sistemas pulmonares.
Y ya uno en el hospital es cuando empieza a recapacitar,
que en cualquier momento de la vida uno sin vida, se puede quedar.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x2)
Decir que se puede oler la muerte suena un tanto metafórico,
pero la hueles ya que te apuntan con una pistola en todas las sienes.
Da un paso hacia delante, o si quieres da dos hacia detrás,
que si a uno se le va la pelota y te dispara, te matará.
Aunque es posible que uno sepa, pero no con exactitud,
cómo y cuándo acabar con un hombre y enterrarle en su ataúd.
No son muchos los verdugos, pero todos si somos víctimas,
de graves heridas físicas e incluso a veces políticas.
Somos víctimas de caer en una secta y ser engañados,
de no saber lo que tenemos hasta que sin eso nos quedamos,
de no saber porqué estamos, de donde venimos y adónde vamos,
pero si de saber que algún día a todos nosotros van a enterrarnos.
Yo creo en Dios, en el cielo y en el infierno,
del mismo modo en que tú crees que hay un verano y un invierno.
A Dios no le véis y es normal que en él os caguéis,
pero si un día moris y le véis, luego no os rajéis.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x2)
No es plan de ir diciendo que hoy es tu último día,
pero ten en cuenta que tienes enemigos, por ejemplo, la policía.
El poder tener porras e incluso pistolas en la mano,
es una responsabilidad demasiado grande para que la tenga un ser humano.
Habiendo sido bombardeado mentalmente por imágenes violentas,
las que muestran los medios de comunicación, ya no sólo en informativos,
sino en series o en programas que se hacen llamar educativos, porque esa es su misión.
Tú mismo eres tu propio enemigo en momentos determinados,
ya que haces lo que no quieres y lo que debes nunca puedes.
La doble naturaleza de casi todos los seres vivientes,
hace que procuremos hacer el mal desde los pies hasta los dientes.
Tenemos peligro al andar, tenemos peligro al hablar,
incluso también al escuchar, ya que el pelo nos pueden tomar.
Mira en tu reloj a ver si es la hora de comer
y mira con quién vas a comer, a ver si el plato tú vas a ser.
En África casi todos saben muy bien de qué van a morir,
de Sida, de hambre o de cualquier otra enfermedad
que en Europa o en Norte América esta bien se podría curar,
con una pastilla o una inyección que una muerte podría ahorrar.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x4)
son los últimos instantes para los creyentes y los que no crean.
El ser humano por su afán de saberlo todo y dominarlo,
ha caído en la cuenta, de que hay algo que siempre es mejor ni adivinarlo.
El tiempo como todos sabemos siempre medido por un reloj,
ha sido puesto en manos de la ciencia para su entera disposición,
lo que nunca nadie ha sabido y lo que nadie nunca sabrá,
es la hora y fecha exacta de cuando tu vida acabará.
Por una sencilla razón, todos creemos ser inmortales,
hasta que el día más inesperado fallan nuestros sistemas pulmonares.
Y ya uno en el hospital es cuando empieza a recapacitar,
que en cualquier momento de la vida uno sin vida, se puede quedar.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x2)
Decir que se puede oler la muerte suena un tanto metafórico,
pero la hueles ya que te apuntan con una pistola en todas las sienes.
Da un paso hacia delante, o si quieres da dos hacia detrás,
que si a uno se le va la pelota y te dispara, te matará.
Aunque es posible que uno sepa, pero no con exactitud,
cómo y cuándo acabar con un hombre y enterrarle en su ataúd.
No son muchos los verdugos, pero todos si somos víctimas,
de graves heridas físicas e incluso a veces políticas.
Somos víctimas de caer en una secta y ser engañados,
de no saber lo que tenemos hasta que sin eso nos quedamos,
de no saber porqué estamos, de donde venimos y adónde vamos,
pero si de saber que algún día a todos nosotros van a enterrarnos.
Yo creo en Dios, en el cielo y en el infierno,
del mismo modo en que tú crees que hay un verano y un invierno.
A Dios no le véis y es normal que en él os caguéis,
pero si un día moris y le véis, luego no os rajéis.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x2)
No es plan de ir diciendo que hoy es tu último día,
pero ten en cuenta que tienes enemigos, por ejemplo, la policía.
El poder tener porras e incluso pistolas en la mano,
es una responsabilidad demasiado grande para que la tenga un ser humano.
Habiendo sido bombardeado mentalmente por imágenes violentas,
las que muestran los medios de comunicación, ya no sólo en informativos,
sino en series o en programas que se hacen llamar educativos, porque esa es su misión.
Tú mismo eres tu propio enemigo en momentos determinados,
ya que haces lo que no quieres y lo que debes nunca puedes.
La doble naturaleza de casi todos los seres vivientes,
hace que procuremos hacer el mal desde los pies hasta los dientes.
Tenemos peligro al andar, tenemos peligro al hablar,
incluso también al escuchar, ya que el pelo nos pueden tomar.
Mira en tu reloj a ver si es la hora de comer
y mira con quién vas a comer, a ver si el plato tú vas a ser.
En África casi todos saben muy bien de qué van a morir,
de Sida, de hambre o de cualquier otra enfermedad
que en Europa o en Norte América esta bien se podría curar,
con una pastilla o una inyección que una muerte podría ahorrar.
Llegará la hora de consultar la hora y decir: Ya es la hora (x4)