Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy la más pequeña aldea en un distante lugar
soy el ruido y la marea del inmenso mar
no soy cadenas ni rejas, soy azúcar y soy sal
si me quieres o me dejas, me da igual.
Me paresco a un poco vagabundo, lo mismo vengo que voy
viajo solo por el mundo, y feliz estoy
amo el sol que se levanta, la fragancia de una flor
y me gusta como canta el ruiseñor.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy el agua de los ríos, que corriendo siempre está todo lo que tengo es mío y de los demás
soy el sol en la mañana, la luna al anochecer
y he comido la manzana del placer.
Soy un mendigo ante el diablo y millonario ante Dios, hablo poco cuando hablo sin alzar la voz,
soy además, mentiroso, vanidoso y buen actor
y quisiera ser dichoso en el amor.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy la más pequeña aldea en un distante lugar
soy el ruido y la marea del inmenso mar
no soy cadenas ni rejas, soy azúcar y soy sal
si me quieres o me dejas, me da igual.
Me paresco a un poco vagabundo, lo mismo vengo que voy
viajo solo por el mundo, y feliz estoy
amo el sol que se levanta, la fragancia de una flor
y me gusta como canta el ruiseñor.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy el agua de los ríos, que corriendo siempre está todo lo que tengo es mío y de los demás
soy el sol en la mañana, la luna al anochecer
y he comido la manzana del placer.
Soy un mendigo ante el diablo y millonario ante Dios, hablo poco cuando hablo sin alzar la voz,
soy además, mentiroso, vanidoso y buen actor
y quisiera ser dichoso en el amor.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.
Soy, como la brisa que, siempre de prisa no,
no anuncia su partida; y, como el dinero soy,
donde yo quiero voy sin una despedida.