En un viejo almacén del Paseo Colón
Donde van los que tienen perdida la fe,
Todo sucio, harapiento, una tarde encontré
A un borracho sentado en oscuro rincón.
Al mirarlo sentí una profunda emoción
Porque en su alma un dolor secreto adiviné,
Y sentándome cerca, a su lado, le hablé
Y él entonces me hizo esta cruel confesión
Ponga, amigo, atención:
- Sabe que es condición de varón el sufrir...
La mujer que yo quería con todo mi corazón
Se me ha ido con un hombre que la supo seducir,
Y aunque al irse mi alegría tras de ella se llevó
No quisiera verla nunca... Que en la vida sea feliz,
Con el hombre que la tiene pa´ su bien... o qué sé yo...
Porque todo aquel amor que por ella yo sentí
Lo cortó de un solo tajo con el filo ´e su traición...
Pero inútil... no puedo, aunque quiera, olvidar
El recuerdo de la que fue mi único amor...
Para ella he de ser como el trébol de olor
Que perfuma al que la vida le va a arrancar...
Y si acaso algún día quisiera volver
A mi lado otra vez, yo la he de perdonar...
Si por celos a un hombre se puede matar
Se perdona cuando habla muy fuerte el querer
A cualquiera mujer.
Letra : Juan Andrés Caruso
Música : Francisco y Rafael Canaro
Grabado por Carlos Gardel con guitarras (sello Odeón Nº 18.120, en 1925).
Grabado por la orquesta de Francisco Canaro con la voz de Alberto Arenas.
Grabado por la orquesta de José Basso con la voz de Oscar Ferrari. (sello Odeón Nº 17.555)
Donde van los que tienen perdida la fe,
Todo sucio, harapiento, una tarde encontré
A un borracho sentado en oscuro rincón.
Al mirarlo sentí una profunda emoción
Porque en su alma un dolor secreto adiviné,
Y sentándome cerca, a su lado, le hablé
Y él entonces me hizo esta cruel confesión
Ponga, amigo, atención:
- Sabe que es condición de varón el sufrir...
La mujer que yo quería con todo mi corazón
Se me ha ido con un hombre que la supo seducir,
Y aunque al irse mi alegría tras de ella se llevó
No quisiera verla nunca... Que en la vida sea feliz,
Con el hombre que la tiene pa´ su bien... o qué sé yo...
Porque todo aquel amor que por ella yo sentí
Lo cortó de un solo tajo con el filo ´e su traición...
Pero inútil... no puedo, aunque quiera, olvidar
El recuerdo de la que fue mi único amor...
Para ella he de ser como el trébol de olor
Que perfuma al que la vida le va a arrancar...
Y si acaso algún día quisiera volver
A mi lado otra vez, yo la he de perdonar...
Si por celos a un hombre se puede matar
Se perdona cuando habla muy fuerte el querer
A cualquiera mujer.
Letra : Juan Andrés Caruso
Música : Francisco y Rafael Canaro
Grabado por Carlos Gardel con guitarras (sello Odeón Nº 18.120, en 1925).
Grabado por la orquesta de Francisco Canaro con la voz de Alberto Arenas.
Grabado por la orquesta de José Basso con la voz de Oscar Ferrari. (sello Odeón Nº 17.555)