Busqué en tus ojos; te vi salir.
Tu mirada no me habló.
Cerré la puerta y volví a sentir
que el momento se escapó.
Tanta vida que prometí;
Mírame hoy aquí
hastiado de la ilusión,
avergonzado de no saber donde voy.
No eres tú, sino yo,
el que con cada estación
se destrulle al tener que volver,
a encontrar la inspiración
que se tiende a perder
con cada amanecer.
Quiero soplarte vida
y llevarte así
hasta nuestro hogar,
pero este mundo de frente ví.
Fue duro decifrar
que cada mentira es una verdad
depende del lugar,
y cuando hay días así
yo solo quiero agarrarme de tí.
No eres tú, sino yo,
mi signo, mi condición,
de macramé de papel
rompiendo con un viejo patrón
y a veces no sé
si lo puedes ver.
Y no eres tú, sino yo,
buscándole manchas al sol,
culpando al revés sin razón,
torciendo mi propio dolor.
Y no eres tú, sino yo,
buscándole manchas al sol,
culpando al revés sin razón,
torciendo mi propio dolor.
Tu mirada no me habló.
Cerré la puerta y volví a sentir
que el momento se escapó.
Tanta vida que prometí;
Mírame hoy aquí
hastiado de la ilusión,
avergonzado de no saber donde voy.
No eres tú, sino yo,
el que con cada estación
se destrulle al tener que volver,
a encontrar la inspiración
que se tiende a perder
con cada amanecer.
Quiero soplarte vida
y llevarte así
hasta nuestro hogar,
pero este mundo de frente ví.
Fue duro decifrar
que cada mentira es una verdad
depende del lugar,
y cuando hay días así
yo solo quiero agarrarme de tí.
No eres tú, sino yo,
mi signo, mi condición,
de macramé de papel
rompiendo con un viejo patrón
y a veces no sé
si lo puedes ver.
Y no eres tú, sino yo,
buscándole manchas al sol,
culpando al revés sin razón,
torciendo mi propio dolor.
Y no eres tú, sino yo,
buscándole manchas al sol,
culpando al revés sin razón,
torciendo mi propio dolor.