Por Roxana Reyes
Ya el sol se ha ido
con el atardecer;
lejos, en un pueblecito,
veo luces encender.
Camino largo,
lejos de mi amada.
Los ojos de mi amada,
tono gris y azul,
como la marea
en playas de Tulum.
Como viento en una vela,
ella llena mi corazón.
Es mi canción en la oscuridad,
su dulce voz
me calma en la noche.
Camino largo,
llévame a mi amada.
Ha llegado octubre
y ya refrescó;
están cantando grillos
fuera de mi hotel.
En la ventana de nuestro hogar,
me está esperando a mí.
Es mi canción en la oscuridad,
su dulce voz
me calma en la noche.
Quisiera estar junto a ella,
donde las olas rompen
bajo las estrellas.
Camino largo,
llévame a mi amada.
Ya el sol se ha ido
con el atardecer;
lejos, en un pueblecito,
veo luces encender.
Camino largo,
lejos de mi amada.
Los ojos de mi amada,
tono gris y azul,
como la marea
en playas de Tulum.
Como viento en una vela,
ella llena mi corazón.
Es mi canción en la oscuridad,
su dulce voz
me calma en la noche.
Camino largo,
llévame a mi amada.
Ha llegado octubre
y ya refrescó;
están cantando grillos
fuera de mi hotel.
En la ventana de nuestro hogar,
me está esperando a mí.
Es mi canción en la oscuridad,
su dulce voz
me calma en la noche.
Quisiera estar junto a ella,
donde las olas rompen
bajo las estrellas.
Camino largo,
llévame a mi amada.