Hace tanto tiempo que las noches frías
se me quedan dentro cómo no los días,
y la voz cantante de viento y guitarra
se esfuma delante, se sacude amarras.
Capitán del barco rayo del poniente,
sigue navegando lo que venga enfrente.
Me desnudo a diario con cada tonada
del abecedario, de los días de paja,
lluvia quemarropa, rumores del fuego,
luna de mi copa, lámpara del cielo.
Ya he visto un amigo dejarme de hablar,
ya he vito un hermano aprender a volar,
y luego caer y besarse las manos porque fueron alas.
Ya he visto a la lágrima en ojos de un ciego,
ya he visto a la luna tejiendo en el cielo
destinos de barcos que siempre zarpaban y nunca partieron.
Y aunque no he visto tanto, a veces miro más.
Yo no entiendo al aire no me pienso el río,
no hay sitio en mi nave para otros navíos.
Yo crucé fronteras, salí de las rutas,
yo sabía que afuera no se vuelve nunca.
Ya soy una nube que sueña en el cielo
con un alegórico trazo en la noche,
que nunca podré averiguar si soy yo,
o sólo ha sido un sueño.
Ya avisto una línea tendida al azar,
un faro en la noche, una estrella de mar
y un viento que sopla sin que nadie alcance
a tenderle una vela.
Ya he visto un amigo dejarme de hablar,
ya he visto al amor aprender a volar,
y luego romperse a besarse las manos, porque envisten alas.
Y aunque haya visto tanto, a veces miro más.
se me quedan dentro cómo no los días,
y la voz cantante de viento y guitarra
se esfuma delante, se sacude amarras.
Capitán del barco rayo del poniente,
sigue navegando lo que venga enfrente.
Me desnudo a diario con cada tonada
del abecedario, de los días de paja,
lluvia quemarropa, rumores del fuego,
luna de mi copa, lámpara del cielo.
Ya he visto un amigo dejarme de hablar,
ya he vito un hermano aprender a volar,
y luego caer y besarse las manos porque fueron alas.
Ya he visto a la lágrima en ojos de un ciego,
ya he visto a la luna tejiendo en el cielo
destinos de barcos que siempre zarpaban y nunca partieron.
Y aunque no he visto tanto, a veces miro más.
Yo no entiendo al aire no me pienso el río,
no hay sitio en mi nave para otros navíos.
Yo crucé fronteras, salí de las rutas,
yo sabía que afuera no se vuelve nunca.
Ya soy una nube que sueña en el cielo
con un alegórico trazo en la noche,
que nunca podré averiguar si soy yo,
o sólo ha sido un sueño.
Ya avisto una línea tendida al azar,
un faro en la noche, una estrella de mar
y un viento que sopla sin que nadie alcance
a tenderle una vela.
Ya he visto un amigo dejarme de hablar,
ya he visto al amor aprender a volar,
y luego romperse a besarse las manos, porque envisten alas.
Y aunque haya visto tanto, a veces miro más.