Llegamos a la verdad, donde nos detendremos el menor tiempo posible para que no haya un
suicidio en masa.
En esta estación debo reconocer que estoy cansado de ser este que soy, un eterno rebelde que para
confirmar su desubicación debutó cantando canciones de protesta con Nacha Guevara en Punta del Este...
para evitar intermediarios.
Ahora volvió Nacha. Estuvo en el teatro el otro día. Me dice:
- ¿cómo te va?
- Y, más o menos. Yo nunca coincido con la historia. Fijate ahora que había llenado un montón de
rabia y con eso había escrito unas canciones de protesta fantásticas, llegó la democracia y me arruinó.
Nacha me dice: "esperá, esperá, esperá, hay que darles tiempo, alguna macana van a hacer".
Y si no seremos cantores de protesta desocupados o estaremos políticamente desaparecidos.
Ahora les tocará a nuestros padres ir a Plaza de Mayo a preguntar por nosotros.
Pero si yo supiera quien es mi padre. Le pregunté a mi madre y me dice:
- "¿Y qué se yo, loco?, había tanta gente."
De todas maneras dice mi madre:
- "Tu padre hizo lo mejor que podía hacer por nosotros: irse. Aunque no, no era tan inteligente
como para irse, más bien que se perdió."
En realidad, si el final es la muerte, la única ciencia es sobrevivir y cada uno lo hace como puede.
Maradona con los piés, Moria con las tetas. Borges con la cabeza y Rockefeller con el sudor de la gente".
Al final todos ejercemos la mendicidad de alguna manera.
Salvo los hombres como Pedro Mendizábal, que al igual que la Madre Teresa tienen la libertad
que solamente puede dar la pobreza. La pobreza que uno elije, no la que decide Martínez de Hoz.
[Canto]
Yo soy Pedro Mendizábal, pa' lo que guste mandar.
De lo que ve por acá, casi todo lo hice yo.
Desde la mesa del peón al techo del capataz.
Hice el cajón de mi padre y la cuna de mi hijo.
Alambré el campo de rizo, pinté la casa de Elena
y ayudo a limpiar la escuela desde el año 35.
Aprendí lo suficiente pa' tener lo necesario,
el pan, el vino, el amor y la milonga que canto.
Hice el rancho donde siempre faltaba algo o alguien. La cama donde mi madre se murió sin una
queja a pesar de la pobreza que ya traía en la sangre. A pesar que siempre dudé del cura y sus
promesas le hice nueva iglesia donde el pobre sueña el cielo para que el estanciero pueda señorear
sobre la tierra. Hasta organicé la huelga que no trajo solución y que me tuvo en prisión por un
tiempo bastante largo, pero de ese trago amargo ya no bebe mi corazón. No, señor.
Hice el muro de cemento que paró a la inundación
y el banco de la estación donde mi mujer se sienta
a esperar todas las siestas al hijo que no volvió.
En el final de mi vida, tengo la cuenta muy clara,
para los otros hice todo, pero para mí no hice nada.
Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte viendo como el progreso acaba con la gente.
Por defender la libertad me quedé solo y tal vez ese sea el premio. O será porque hace tiempo
aprendí que un lobo es una maravilla, pero muchos una jauría.
Solo, absolutamente solo, egipciamente solo como Sinué, bíblicamente solo como Job,
oficialmente solo como el poder, políticamente solo como Alsogaray, naturalmente solo como
Néustar. Si Néustar hubiera participado en el éxodo de Moisés lo habría hecho fracasar, porque
hubiese estado a favor del faraón.
Es más, ya ni siquiera estoy prohibido, que para un cantor de mi calaña es una vergüenza. Solo
como Margaret Tatcher en ...(?). Solo como h***** en el Once. Bueno, solo dentro de lo posible,
porque nadie puede estar absolutamente solo aunque lo quiera; hasta Ortega necesitó de Gasset.
suicidio en masa.
En esta estación debo reconocer que estoy cansado de ser este que soy, un eterno rebelde que para
confirmar su desubicación debutó cantando canciones de protesta con Nacha Guevara en Punta del Este...
para evitar intermediarios.
Ahora volvió Nacha. Estuvo en el teatro el otro día. Me dice:
- ¿cómo te va?
- Y, más o menos. Yo nunca coincido con la historia. Fijate ahora que había llenado un montón de
rabia y con eso había escrito unas canciones de protesta fantásticas, llegó la democracia y me arruinó.
Nacha me dice: "esperá, esperá, esperá, hay que darles tiempo, alguna macana van a hacer".
Y si no seremos cantores de protesta desocupados o estaremos políticamente desaparecidos.
Ahora les tocará a nuestros padres ir a Plaza de Mayo a preguntar por nosotros.
Pero si yo supiera quien es mi padre. Le pregunté a mi madre y me dice:
- "¿Y qué se yo, loco?, había tanta gente."
De todas maneras dice mi madre:
- "Tu padre hizo lo mejor que podía hacer por nosotros: irse. Aunque no, no era tan inteligente
como para irse, más bien que se perdió."
En realidad, si el final es la muerte, la única ciencia es sobrevivir y cada uno lo hace como puede.
Maradona con los piés, Moria con las tetas. Borges con la cabeza y Rockefeller con el sudor de la gente".
Al final todos ejercemos la mendicidad de alguna manera.
Salvo los hombres como Pedro Mendizábal, que al igual que la Madre Teresa tienen la libertad
que solamente puede dar la pobreza. La pobreza que uno elije, no la que decide Martínez de Hoz.
[Canto]
Yo soy Pedro Mendizábal, pa' lo que guste mandar.
De lo que ve por acá, casi todo lo hice yo.
Desde la mesa del peón al techo del capataz.
Hice el cajón de mi padre y la cuna de mi hijo.
Alambré el campo de rizo, pinté la casa de Elena
y ayudo a limpiar la escuela desde el año 35.
Aprendí lo suficiente pa' tener lo necesario,
el pan, el vino, el amor y la milonga que canto.
Hice el rancho donde siempre faltaba algo o alguien. La cama donde mi madre se murió sin una
queja a pesar de la pobreza que ya traía en la sangre. A pesar que siempre dudé del cura y sus
promesas le hice nueva iglesia donde el pobre sueña el cielo para que el estanciero pueda señorear
sobre la tierra. Hasta organicé la huelga que no trajo solución y que me tuvo en prisión por un
tiempo bastante largo, pero de ese trago amargo ya no bebe mi corazón. No, señor.
Hice el muro de cemento que paró a la inundación
y el banco de la estación donde mi mujer se sienta
a esperar todas las siestas al hijo que no volvió.
En el final de mi vida, tengo la cuenta muy clara,
para los otros hice todo, pero para mí no hice nada.
Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte viendo como el progreso acaba con la gente.
Por defender la libertad me quedé solo y tal vez ese sea el premio. O será porque hace tiempo
aprendí que un lobo es una maravilla, pero muchos una jauría.
Solo, absolutamente solo, egipciamente solo como Sinué, bíblicamente solo como Job,
oficialmente solo como el poder, políticamente solo como Alsogaray, naturalmente solo como
Néustar. Si Néustar hubiera participado en el éxodo de Moisés lo habría hecho fracasar, porque
hubiese estado a favor del faraón.
Es más, ya ni siquiera estoy prohibido, que para un cantor de mi calaña es una vergüenza. Solo
como Margaret Tatcher en ...(?). Solo como h***** en el Once. Bueno, solo dentro de lo posible,
porque nadie puede estar absolutamente solo aunque lo quiera; hasta Ortega necesitó de Gasset.