Cuando la última gota de tu existencia se evapore, tres almas cruzarán en tu camino...
Tres mujeres que vivieron de la tortura, el dolor, la lujuria y la muerte,
elementos que les brindaron el respeto y el temor de los aldeanos,
quienes vivían rodeados de historias acerca de ellas,
acerca de sus poderes, acerca de sus pactos y conjuros...
Lo cierto era que cada hombre que era mirado por una de ellas,
caía en un profundo y misterioso trance,
provocando en ellos el deseo, la pasión, el amor, la violencia y la obsesión hacia ellas,
viviendo en un sueño, un sueño, un sueño de demencia, un sueño en la Vecordia.
Su única salvación, su única real y verdadera salvación,
el Suicidio, en tributo a las hermosas damas, las grayas, las brujas,
o ¿acaso hermosos ángeles malditos?.
El pueblo entero yacía en sus manos, en un mundo de fantasía.
Eternas orgías fuera de las casas se presentaban,
reinando la locura, el odio, el placer, la tristeza, el dolor, el llanto y la esperanza,
todo reunido en una palabra, en un mundo, la Vecordia,
Las tres mujeres ardían en llamas en la plaza central,
amarradas por ellas mismas, alrededor de robustos maderos,
observando así la escena en el pueblo,
maravilladas y casi con su piel carcomida por el fuego, las mujeres reían,
elevaban un canto, un canto tétrico y hermoso, donde conjuraban su inmortalidad
En cada noche donde almas oscuras se reunieran, y proseguir así con su tarea,
su maldita tarea, la demencia, la Vecordia, el Exsecror Vecordia
Tres mujeres que vivieron de la tortura, el dolor, la lujuria y la muerte,
elementos que les brindaron el respeto y el temor de los aldeanos,
quienes vivían rodeados de historias acerca de ellas,
acerca de sus poderes, acerca de sus pactos y conjuros...
Lo cierto era que cada hombre que era mirado por una de ellas,
caía en un profundo y misterioso trance,
provocando en ellos el deseo, la pasión, el amor, la violencia y la obsesión hacia ellas,
viviendo en un sueño, un sueño, un sueño de demencia, un sueño en la Vecordia.
Su única salvación, su única real y verdadera salvación,
el Suicidio, en tributo a las hermosas damas, las grayas, las brujas,
o ¿acaso hermosos ángeles malditos?.
El pueblo entero yacía en sus manos, en un mundo de fantasía.
Eternas orgías fuera de las casas se presentaban,
reinando la locura, el odio, el placer, la tristeza, el dolor, el llanto y la esperanza,
todo reunido en una palabra, en un mundo, la Vecordia,
Las tres mujeres ardían en llamas en la plaza central,
amarradas por ellas mismas, alrededor de robustos maderos,
observando así la escena en el pueblo,
maravilladas y casi con su piel carcomida por el fuego, las mujeres reían,
elevaban un canto, un canto tétrico y hermoso, donde conjuraban su inmortalidad
En cada noche donde almas oscuras se reunieran, y proseguir así con su tarea,
su maldita tarea, la demencia, la Vecordia, el Exsecror Vecordia