Tengo que trabajar muchas horas, ganarme el sustento.
Puedes verme detrás del siniestro mostrador de este establecimiento.
Tengo un jefe cabrón, retorcido, con fama de rata.
Me habla de recesión, de la crisis y de la inflación, en fin, me da la lata.
Loco por conseguir que curremos domingos y fiestas,
y las noches también: hay clientes potenciales entre los que se desvelan.
Cuando llego al hogar mi parienta se está maqueando
para ir a comprar, y me dice: "cuidado, chaval, que ya estarán cerrando".
Luego todo pasó, de repente mi mano en la VISA.
Le pegué otro bajón al escueto saldo que me deja mi sueldo de risa.
Vuelvo de mal humor, y ahora encima cargado de bolsas,
y ante tanto sopor me apresuro pa quedarme frito que va siendo hora.
Y soñé que era un pez espongiforme que no curra nunca
ni va al Corte Inglés, y justo me despierta mi mujer. Joder, qué inoportuna.
La velada pasó y otra vez me encuentro despierto.
Otro día empezó, a ver cómo desfacemos hoy todos los entuertos.
Y otra vez a currar, otra vez a atender a la gente.
"Muchas gracias, señor"; "esperamos verle p***to, nuestro estimado cliente".
Son las nueve por fin, mi jornada ya está terminada.
"Yo me largo a Pekín", se me ocurre mientras me aproximo a mi viejo cuatro latas.
Llego al buga que está, según veo, mal aparcado.
Me salté una señal; se conoce que sólo por eso me han empapelado.
Una multa atisbé procedente de los municipales.
Sé que no lo soñé, destacaba entre la propaganda de centros comerciales.
Y ya en mi habitación no me creo mi suerte cabrona.
Contra la depresión voy a hacer lo mismo que hice ayer, voy a quedarme sopa.
Y soñé que era un pez espongiforme que no paga multas
ni va al Corte Inglés, y justo me despierta mi mujer: Joder, qué inoportuna.
Puedes verme detrás del siniestro mostrador de este establecimiento.
Tengo un jefe cabrón, retorcido, con fama de rata.
Me habla de recesión, de la crisis y de la inflación, en fin, me da la lata.
Loco por conseguir que curremos domingos y fiestas,
y las noches también: hay clientes potenciales entre los que se desvelan.
Cuando llego al hogar mi parienta se está maqueando
para ir a comprar, y me dice: "cuidado, chaval, que ya estarán cerrando".
Luego todo pasó, de repente mi mano en la VISA.
Le pegué otro bajón al escueto saldo que me deja mi sueldo de risa.
Vuelvo de mal humor, y ahora encima cargado de bolsas,
y ante tanto sopor me apresuro pa quedarme frito que va siendo hora.
Y soñé que era un pez espongiforme que no curra nunca
ni va al Corte Inglés, y justo me despierta mi mujer. Joder, qué inoportuna.
La velada pasó y otra vez me encuentro despierto.
Otro día empezó, a ver cómo desfacemos hoy todos los entuertos.
Y otra vez a currar, otra vez a atender a la gente.
"Muchas gracias, señor"; "esperamos verle p***to, nuestro estimado cliente".
Son las nueve por fin, mi jornada ya está terminada.
"Yo me largo a Pekín", se me ocurre mientras me aproximo a mi viejo cuatro latas.
Llego al buga que está, según veo, mal aparcado.
Me salté una señal; se conoce que sólo por eso me han empapelado.
Una multa atisbé procedente de los municipales.
Sé que no lo soñé, destacaba entre la propaganda de centros comerciales.
Y ya en mi habitación no me creo mi suerte cabrona.
Contra la depresión voy a hacer lo mismo que hice ayer, voy a quedarme sopa.
Y soñé que era un pez espongiforme que no paga multas
ni va al Corte Inglés, y justo me despierta mi mujer: Joder, qué inoportuna.