A menudo me recuerdas a Dumbo.
Te imagino levantando el vuelo.
Planeando con solvencia
sin temor a turbulencias,
o burlando en vuelo raso algún radar.
No sé nada de tu vida (ni me importa)
y, sin embargo,
te dedico estas estrofas a ti.
Pues un día vi tu efigie,
me quedé extasiao y me dije:
"hay que hacerle un par de versos a este señor".
Por favor, deja que monte, elévate, sube,
dame una vuelta entre las nubes.
Que no se diga que aquí no hay cojones,
echemos un pique con esos gorriones.
Suhe al tejado a ver cómo anidan
esas cigüeñas, Alfonso Ussía.
Alfonso Ussía. Alfonso Ussía.
Me preocupa tu demencia senil.
Eres gil. Eres gil del candil.
Te imagino levantando el vuelo.
Planeando con solvencia
sin temor a turbulencias,
o burlando en vuelo raso algún radar.
No sé nada de tu vida (ni me importa)
y, sin embargo,
te dedico estas estrofas a ti.
Pues un día vi tu efigie,
me quedé extasiao y me dije:
"hay que hacerle un par de versos a este señor".
Por favor, deja que monte, elévate, sube,
dame una vuelta entre las nubes.
Que no se diga que aquí no hay cojones,
echemos un pique con esos gorriones.
Suhe al tejado a ver cómo anidan
esas cigüeñas, Alfonso Ussía.
Alfonso Ussía. Alfonso Ussía.
Me preocupa tu demencia senil.
Eres gil. Eres gil del candil.