En el mundo no hay insulto peor que "madafaca",
tan rotundo y contundente que te tire asín de espaldas.
Dos palabras tan cazurras que los tímpanos te abrasan;
en la cara te pegan y te cortan la meada.
Ay, que te cortan la meada.
En los atascos de Ohio no se andan con chiquitas,
si les pitas no podrás sobrevivir ni por chiripa.
Es mejor esperar, y contar y contar hasta cien si es necesario, o se puede liar gorda.
Ay, que se puede liar gorda.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sean estas palabras lo último que oyeras.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sea este exabrupto lo último que oyeras.
Ay, pero que lo último que oyeras.
Me mojé patas abajo como es la tradición
cuando aquel marine calvo me apuntó con el cañón
de su pipa y me dijo: "rece usted sus oraciones".
¡Ahí va, Dios! Estos marines, cuán cargados de razones.
¡Si es que van sobrados de razones!
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sean estas palabras lo último que oyeras.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sea este exabrupto lo último que oyeras.
Ay, pero que lo último que oyeras.
tan rotundo y contundente que te tire asín de espaldas.
Dos palabras tan cazurras que los tímpanos te abrasan;
en la cara te pegan y te cortan la meada.
Ay, que te cortan la meada.
En los atascos de Ohio no se andan con chiquitas,
si les pitas no podrás sobrevivir ni por chiripa.
Es mejor esperar, y contar y contar hasta cien si es necesario, o se puede liar gorda.
Ay, que se puede liar gorda.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sean estas palabras lo último que oyeras.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sea este exabrupto lo último que oyeras.
Ay, pero que lo último que oyeras.
Me mojé patas abajo como es la tradición
cuando aquel marine calvo me apuntó con el cañón
de su pipa y me dijo: "rece usted sus oraciones".
¡Ahí va, Dios! Estos marines, cuán cargados de razones.
¡Si es que van sobrados de razones!
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sean estas palabras lo último que oyeras.
Si te dicen "madafaca", entonces cámbiate de acera,
no sea este exabrupto lo último que oyeras.
Ay, pero que lo último que oyeras.