Es la noche de la revuelta; sube el mar hasta mi sector.
Siempre todo o nada, nunca hay elección.
Han surgido brillantes líderes, han temblado en el cielo gris.
Momentos fugaces; ahora no están aquí.
Mira ese chaval de la ciudad letal;
barrio de las paredes sucias junto al puente del río Besós.
Se comercia con los deseos y con la frustración.
Los chavales son los correos, la última generación.
Te dicen "tú tranquilo", todo se arreglará;
utilizan tu destino y tú sin querer hablar.
Pasta gansa para fundirla; por lo visto funciona así.
Yo he nacido pobre; que "pecao" cometí.
Quizá no es así... te cuento lo que ví:
casas tan altas como ataúdes, ríos podridos por la ambición.
No hay dinero para los chicos; sin dinero no saben que hacer;
eso es tan duro... querer y no poder...
Nos manejan como ellos quieren, sólo nos dejan sobrevivir,
necesitas dinero para poder vivir.
Quizá no es así... te cuento lo que ví:
casas tan altas como ataúdes, ríos podridos por la ambición.
Se comercia con las banderas y con la necesidad.
Vienen cuando no lo esperas, dirigentes no faltarán.
Te dicen "tu tranquilo", todo se arreglará;
utilizan tu destino. Me tengo que desahogar.
Siempre todo o nada, nunca hay elección.
Han surgido brillantes líderes, han temblado en el cielo gris.
Momentos fugaces; ahora no están aquí.
Mira ese chaval de la ciudad letal;
barrio de las paredes sucias junto al puente del río Besós.
Se comercia con los deseos y con la frustración.
Los chavales son los correos, la última generación.
Te dicen "tú tranquilo", todo se arreglará;
utilizan tu destino y tú sin querer hablar.
Pasta gansa para fundirla; por lo visto funciona así.
Yo he nacido pobre; que "pecao" cometí.
Quizá no es así... te cuento lo que ví:
casas tan altas como ataúdes, ríos podridos por la ambición.
No hay dinero para los chicos; sin dinero no saben que hacer;
eso es tan duro... querer y no poder...
Nos manejan como ellos quieren, sólo nos dejan sobrevivir,
necesitas dinero para poder vivir.
Quizá no es así... te cuento lo que ví:
casas tan altas como ataúdes, ríos podridos por la ambición.
Se comercia con las banderas y con la necesidad.
Vienen cuando no lo esperas, dirigentes no faltarán.
Te dicen "tu tranquilo", todo se arreglará;
utilizan tu destino. Me tengo que desahogar.