Vamos a la vía, vamos a tocar, ¿dónde está la luna? Esta noche toca.
Vamos a la vía, vamos a tocar, ¿dónde está la luna? Hoy toca fumar.
Me domo, me dominas, me extraigo ¿Qué me inclinas?
Se apagan mil bombillas que ahora duermen encima,
que ahora ese poeta no vende, no imagina
perfil de algún retrato de carne y gasolina,
y porque ahora tu
ciudad de cielo raso que escondes epicentros,
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre
y que me hacen guardar latidos entre dientes
que me hicieron de beso y de boca en tu alcoba
la ropa que arropó el frío de algún viernes,
mira por la ventana que aun no ha salido el sol.
Y qué tranquila escancia tu chimenea el humo,
y qué tranquilo duerme y guiña el ojo de buey.
Tu cristalina en cama
ahora sueño de azucar,
ojalá que estos versos no los manche el café,
y porque ahora tu
ciudad de cielo raso que escondes epicentros
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre.
Y si rompes con todo y a cambio cenas miedo
ya no sufren las palmas que suenan sin cantar,
te haré una chabolita en el meridiano cero
y así podré encontrarte cuando me trague el mar.
Y porque ahora tu,
ciudad de cielo raso que escondes epicentros,
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre.
Y porque ahora tu,
que ves llover y lloras tormenta de jazmin
y por si acaso ven que te acaricio el gesto hasta volvernos a ver.
Vamos a la vía, vamos a tocar, ¿dónde está la luna? Hoy toca fumar.
Me domo, me dominas, me extraigo ¿Qué me inclinas?
Se apagan mil bombillas que ahora duermen encima,
que ahora ese poeta no vende, no imagina
perfil de algún retrato de carne y gasolina,
y porque ahora tu
ciudad de cielo raso que escondes epicentros,
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre
y que me hacen guardar latidos entre dientes
que me hicieron de beso y de boca en tu alcoba
la ropa que arropó el frío de algún viernes,
mira por la ventana que aun no ha salido el sol.
Y qué tranquila escancia tu chimenea el humo,
y qué tranquilo duerme y guiña el ojo de buey.
Tu cristalina en cama
ahora sueño de azucar,
ojalá que estos versos no los manche el café,
y porque ahora tu
ciudad de cielo raso que escondes epicentros
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre.
Y si rompes con todo y a cambio cenas miedo
ya no sufren las palmas que suenan sin cantar,
te haré una chabolita en el meridiano cero
y así podré encontrarte cuando me trague el mar.
Y porque ahora tu,
ciudad de cielo raso que escondes epicentros,
y porque ahora tu
que me sueñas temblores que no peinan mi torre.
Y porque ahora tu,
que ves llover y lloras tormenta de jazmin
y por si acaso ven que te acaricio el gesto hasta volvernos a ver.