Me gusta lo disparejo
y no voy por la vereda;
uso cucha lo Paxera,
calzo bota militar.
La quise porque la quise
y por eso ando penando;
se me fue ya ni sé cuándo,
ni sé cuándo volverá.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.
Soy desconfia'o en amores,
y soy confia'o en el juego;
donde me invitan me quedo
y donde sobro también.
Soy del partido de todos
y con todos me la entiendo
pero váyanlo sabiendo:
soy hombre de Leandro Aler.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.
No me gusta el empedra'o
ni me doy con lo moderno;
descanso cuando me enfermo,
y después que me he sana'o.
La quiero porque la quiero
y por eso la perdono;
no hay peor cosa que un encono
para vivir amarga'o.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.
y no voy por la vereda;
uso cucha lo Paxera,
calzo bota militar.
La quise porque la quise
y por eso ando penando;
se me fue ya ni sé cuándo,
ni sé cuándo volverá.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.
Soy desconfia'o en amores,
y soy confia'o en el juego;
donde me invitan me quedo
y donde sobro también.
Soy del partido de todos
y con todos me la entiendo
pero váyanlo sabiendo:
soy hombre de Leandro Aler.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.
No me gusta el empedra'o
ni me doy con lo moderno;
descanso cuando me enfermo,
y después que me he sana'o.
La quiero porque la quiero
y por eso la perdono;
no hay peor cosa que un encono
para vivir amarga'o.
Me la nombran las guitarras
cuando dicen su canción,
las callecitas del barrio
y el filo de mi fajón.
Me la nombran las estrellas
y el viento del arrabal;
no sé pa' que me la nombran
si no la puedo olvidar.