Cuentan que un rociero
al regresar del Rocío
cayo un tallo de romero
junto a la Puebla del Río.
En la pisa de un caballo
lo pisoteo el "gentío"
y un rociero "cansao"
se bebió el último vino
y le echo al tallo del camino
el agua que le había "sobrao"
y a la otra primavera
volvieron los rocieros
y alumbraban las estrellas
a una mata de romero
con cinco palancas nuevas
Juan y José Manuel
Manolo, Pepe y Faustino
Los Romeros de La Puebla.
Entre el solano de las marismas
y la blandura del río.
creció el matojo bravío
siempre con las mismas ramas
entre el solano y el río
pa' cantarle sevillanas
a la Virgen del Rocío.
Al embargue del "ganao"
al amor que se termina
a la abuela marismeña
y el solano de las marismas
fue alisando las arenas.
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Tres amigos y dos hermanos
con un mismo amanecer.
Cinco hermanos o tal vez
cinco amigos que parece
que una sola mujer
los pariera de su vientre
en la Puebla un amanecer.
Los maestros de este niño
que siguiendo sus consejos
y escuchándolos cantar
siempre tenía el espejo
dónde poderse mirar.
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Déjame piropear
a la que mas te a "querio".
Cuantas noches no ha "dormío"
de ese montón de zagales
siempre en la Puebla del Río
fueron la madre y el padre
y la centinela del "nio".
Jardinera de un romero
de regarlo noche y día
la mata a "retoñecío"
es la reina, faro y guía
de sus niños y su "mario".
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Fueron tantas primaveras
entre Sevilla y Triana.
Casi cuarenta Rocíos
lo mismo que la cigüeña
regresa a su campanario
de Romeros de la Puebla
de escenario en escenario.
El alumno y el maestro
con el paso de los años
amigos y compañeros
que bonito es el abrazo
de los Ecos y Romeros.
Y Juan y José Manuel
Manolo, Pepe y Faustino
sueñan que llegue la hora
para sembrarle el camino
de coplas a la señora.
al regresar del Rocío
cayo un tallo de romero
junto a la Puebla del Río.
En la pisa de un caballo
lo pisoteo el "gentío"
y un rociero "cansao"
se bebió el último vino
y le echo al tallo del camino
el agua que le había "sobrao"
y a la otra primavera
volvieron los rocieros
y alumbraban las estrellas
a una mata de romero
con cinco palancas nuevas
Juan y José Manuel
Manolo, Pepe y Faustino
Los Romeros de La Puebla.
Entre el solano de las marismas
y la blandura del río.
creció el matojo bravío
siempre con las mismas ramas
entre el solano y el río
pa' cantarle sevillanas
a la Virgen del Rocío.
Al embargue del "ganao"
al amor que se termina
a la abuela marismeña
y el solano de las marismas
fue alisando las arenas.
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Tres amigos y dos hermanos
con un mismo amanecer.
Cinco hermanos o tal vez
cinco amigos que parece
que una sola mujer
los pariera de su vientre
en la Puebla un amanecer.
Los maestros de este niño
que siguiendo sus consejos
y escuchándolos cantar
siempre tenía el espejo
dónde poderse mirar.
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Déjame piropear
a la que mas te a "querio".
Cuantas noches no ha "dormío"
de ese montón de zagales
siempre en la Puebla del Río
fueron la madre y el padre
y la centinela del "nio".
Jardinera de un romero
de regarlo noche y día
la mata a "retoñecío"
es la reina, faro y guía
de sus niños y su "mario".
Ayer pasé por la Puebla
y me contó el rociero
que la mata sigue en pie
pa' to el que quiera romero
vaya a la Puebla a por el.
Fueron tantas primaveras
entre Sevilla y Triana.
Casi cuarenta Rocíos
lo mismo que la cigüeña
regresa a su campanario
de Romeros de la Puebla
de escenario en escenario.
El alumno y el maestro
con el paso de los años
amigos y compañeros
que bonito es el abrazo
de los Ecos y Romeros.
Y Juan y José Manuel
Manolo, Pepe y Faustino
sueñan que llegue la hora
para sembrarle el camino
de coplas a la señora.