Ya no vive nadie en ella,
y a la orilla del camino
silenciosa esta la casa.
Se diria que sus puertas
las cerraron para siempre;
que cerraron para siempre sus ventanas.
Gime el viento en los aleros
desmoronanse las tapias,
y en sus puertas cabecean
combatidas por el viento las acacias,
combatidas por el viento las acacias.
Dolorido... fatigado de este viaje de la vida,
he pasado por las puertas de mi estancia,
y una historia me contaron las acacias.
Todo ha muerto: la alegria y el bullicio,
los que fueron la alegria
y el calor de aquella casa,
se marcharon unos muertos y otros vivos
que tenian muerta el alma,
se marcharon para siempre de la casa.
y a la orilla del camino
silenciosa esta la casa.
Se diria que sus puertas
las cerraron para siempre;
que cerraron para siempre sus ventanas.
Gime el viento en los aleros
desmoronanse las tapias,
y en sus puertas cabecean
combatidas por el viento las acacias,
combatidas por el viento las acacias.
Dolorido... fatigado de este viaje de la vida,
he pasado por las puertas de mi estancia,
y una historia me contaron las acacias.
Todo ha muerto: la alegria y el bullicio,
los que fueron la alegria
y el calor de aquella casa,
se marcharon unos muertos y otros vivos
que tenian muerta el alma,
se marcharon para siempre de la casa.