Caminando recorren la acera de una selva de muros de piedra testarudos pasos sobre hormigón con el tiempo dibujan su huella tanto frió y no se hiela el corazón a veces derrotados pero nunca solos testarudos albañiles de lo común imposibles la prisa y la espera hay quien sueña y hay quien se excusa mientras unos esperan a que salga el sol hay quien lo empuja hay quienes se arriesga a vivir como no esta escrito que enfrenta la encrucijada inventando nuevos caminos tanto frió y no se hiela el corazón a veces derrotados pero nunca solos testarudos albañiles de lo común imposibles la prisa y la espera.
Y me presento somos cimiento somos la fuerza que pone al mundo en movimiento, somos la mano que amasa el pan y muere de hambre, soy Public Enemy number one ingobernable, somos el software libre del otro mundo es posible, somos la base, somos el barrio, somos el pueblo de Seattle y declaramos el fin del fin de la historia, somos presente y somos memoria.
Tiene diez años y en un sótano encerrado vive el tigre asiático el milagro económico llora y llena los bancos con su dolor el verdugo a las puertas de Basora y sus golpes despiertan al mundo desde la Lacandona grita una voz y se rompe el hielo con su calor.
Somos impresentables irrepresentables los que no callaran su voz ya mas aunque el que hable sea un poderoso y respetable Hombre de orden que con sus decisiones hacen la vida imposible para los más, es decir para los que menos tienen los pequeños o sea los que son más y más grandes los últimos de la fila esto es los impredecibles somos y seremos mas porque no somos nadie.
Y me presento somos cimiento somos la fuerza que pone al mundo en movimiento, somos la mano que amasa el pan y muere de hambre, soy Public Enemy number one ingobernable, somos el software libre del otro mundo es posible, somos la base, somos el barrio, somos el pueblo de Seattle y declaramos el fin del fin de la historia, somos presente y somos memoria.
Tiene diez años y en un sótano encerrado vive el tigre asiático el milagro económico llora y llena los bancos con su dolor el verdugo a las puertas de Basora y sus golpes despiertan al mundo desde la Lacandona grita una voz y se rompe el hielo con su calor.
Somos impresentables irrepresentables los que no callaran su voz ya mas aunque el que hable sea un poderoso y respetable Hombre de orden que con sus decisiones hacen la vida imposible para los más, es decir para los que menos tienen los pequeños o sea los que son más y más grandes los últimos de la fila esto es los impredecibles somos y seremos mas porque no somos nadie.