Música: Edmundo Rivero
Letra: Iván Diez
(milonga)
La encontró en el bulín y en otros brazos...
Sin embargo, canchero y sin cabrearse,
le dijo al gavilán: "Puede rajarse;
el hombre no es c**pable en estos casos."
Al enrostrarse solo con la mina,
pidió las alpargatas y ya listo,
murmuro cual si nada hubiera visto:
"Cebame un par de mates, Catalina."
La mina, jaboneada, le hizo caso
y el varón, saboreándose un buen faso,
siguió chamuyandole pavadas...
Y luego, besuqueándole la frente,
con gran tranquilida y amablemente,
le fajó treinta y cuatro puñaladas.
Letra: Iván Diez
(milonga)
La encontró en el bulín y en otros brazos...
Sin embargo, canchero y sin cabrearse,
le dijo al gavilán: "Puede rajarse;
el hombre no es c**pable en estos casos."
Al enrostrarse solo con la mina,
pidió las alpargatas y ya listo,
murmuro cual si nada hubiera visto:
"Cebame un par de mates, Catalina."
La mina, jaboneada, le hizo caso
y el varón, saboreándose un buen faso,
siguió chamuyandole pavadas...
Y luego, besuqueándole la frente,
con gran tranquilida y amablemente,
le fajó treinta y cuatro puñaladas.