Llevas toda la noche fumando en un rincón
Jugando con las plantas y con el gato de Andrés
Con la pata de la mesa y con la botella de chinchón
Las costillas a la brasa y las cajitas de cd's
Ausente, impermeable, pensando en no sé que
La gente va llegando y nadie sabe quien es quien
Amigo impresentable, te presento a no se quien
Mucho gusto... Tu te callas y te olvidas de quien es
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tus anillos no tenga dedos
Aunque el señor del crucifijo te tome el pelo
Sal de ese rincón
No me obligues a hacerte una canción
Eres como un satélite no podrás escapar
Podrás estar en órbita pero nunca en libertad
No te esfuerces, a joderse... Tu especie, majo, es terrenal
Aunque no voy a ser yo quien te prohiba ir a Saturno a pasear
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tu tornillo no encuentre agujero
Aunque el señor del hemiciclo te tome el pelo
Sal de ese rincón
No me obligues a hacerte una canción
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tus anillos no tenga dedos
Aunque el señor del crucifijo te tome el pelo
No seas cabezón
No me obligues a hacerte una canción
Jugando con las plantas y con el gato de Andrés
Con la pata de la mesa y con la botella de chinchón
Las costillas a la brasa y las cajitas de cd's
Ausente, impermeable, pensando en no sé que
La gente va llegando y nadie sabe quien es quien
Amigo impresentable, te presento a no se quien
Mucho gusto... Tu te callas y te olvidas de quien es
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tus anillos no tenga dedos
Aunque el señor del crucifijo te tome el pelo
Sal de ese rincón
No me obligues a hacerte una canción
Eres como un satélite no podrás escapar
Podrás estar en órbita pero nunca en libertad
No te esfuerces, a joderse... Tu especie, majo, es terrenal
Aunque no voy a ser yo quien te prohiba ir a Saturno a pasear
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tu tornillo no encuentre agujero
Aunque el señor del hemiciclo te tome el pelo
Sal de ese rincón
No me obligues a hacerte una canción
Aunque tu voz entre el ruido no tenga eco
Aunque el señor de tus anillos no tenga dedos
Aunque el señor del crucifijo te tome el pelo
No seas cabezón
No me obligues a hacerte una canción