Yo tenía veinte años
y él me doblaba la edad.
En mis sienes había noche
y en las suyas "madrugá".
Antes que yo lo pensara
mi gusto estaba c**plido;
"na" me faltaba con él.
Me quiería con locura,
con "tos" sus cinco sentídos,
yo me dejaba querer.
Amor me pedía
como un pordiosero,
y yo le clavaba,
sin ver que sufría,
cuchillos de acero.
Estribillo
¡No me quieras tanto
ni llores por mí!
No vale la pena
que por mi cariño
te pongas así.
Yo no sé quererte
lo mismo que tú,
ni pasar la vida
pendiente y esclava
de esa esclavitud.
¡No te pongas triste,
sécate ese llanto!
Hay que estar alegre,
mírame y aprende:
¡No me quieras tanto!
II
Con los años y la vida
ha cambiado mi querer,
y ahora busco de sus labios
lo que entonces desprecié.
Cegadita de cariño
yo le ruego que me ampare,
que me tenga caridad.
Se lo pido de rodillas
por la gloria de su madre
y no me sirve de "na".
Como una mendiga
estoy a su puerta,
y con mis palabras
mi pena castiga
dejándome muerta.
Estribillo
Final
De "to" lo del mundo
sería capaz,
con tal que el cariño
que tú me tuviste
volviera a empezar.
Por lo que más quieras,
sécame este llanto,
maldigo la hora
en que yo te dije:
-¡No me quieras tanto!
y él me doblaba la edad.
En mis sienes había noche
y en las suyas "madrugá".
Antes que yo lo pensara
mi gusto estaba c**plido;
"na" me faltaba con él.
Me quiería con locura,
con "tos" sus cinco sentídos,
yo me dejaba querer.
Amor me pedía
como un pordiosero,
y yo le clavaba,
sin ver que sufría,
cuchillos de acero.
Estribillo
¡No me quieras tanto
ni llores por mí!
No vale la pena
que por mi cariño
te pongas así.
Yo no sé quererte
lo mismo que tú,
ni pasar la vida
pendiente y esclava
de esa esclavitud.
¡No te pongas triste,
sécate ese llanto!
Hay que estar alegre,
mírame y aprende:
¡No me quieras tanto!
II
Con los años y la vida
ha cambiado mi querer,
y ahora busco de sus labios
lo que entonces desprecié.
Cegadita de cariño
yo le ruego que me ampare,
que me tenga caridad.
Se lo pido de rodillas
por la gloria de su madre
y no me sirve de "na".
Como una mendiga
estoy a su puerta,
y con mis palabras
mi pena castiga
dejándome muerta.
Estribillo
Final
De "to" lo del mundo
sería capaz,
con tal que el cariño
que tú me tuviste
volviera a empezar.
Por lo que más quieras,
sécame este llanto,
maldigo la hora
en que yo te dije:
-¡No me quieras tanto!