Con un clavel grana sangrando en la boca,
con una varita de mimbre en la mano,
por una verea que llega hasta el río
iba Antonio Vargas Heredia, el gitano.
Entre los naranjos la luna lunera
ponia en su frente su luz de azahar
y cuando apuntaban las claras del día
llevaba reflejos del verde olivar, del verde olivar.
Antonio Vargas Heredia,
flor de la raza calé
cayó el mimbre de tu mano
y de tu boca el clavel,
y de tu boca el clavel.
De puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
de Puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
las mocitas de Sierra Morena
se mueren de pena llorando por ti.
Antonio Vargas Heredia
se mueren de pena llorando por ti.
Era Antonio Vargas Heredia el gitano
el más arrogante y el mejor plantao,
y por los contornos de Sierra Morena
no lo hubo más bueno, más guapo ni honrao.
Pero por curpita de una hembra gitana
su faca en el pecho de un hombre se hundió,
los celos marditos nublaron sus ojos
y preso en la trena de rabia lloró, de rabia lloró.
Antonio Vargas Heredia,
flor de la raza calé
cayó el mimbre de tu mano
y de tu boca el clavel,
y de tu boca el clavel.
De puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
de Puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
las mocitas de Sierra Morena
se mueren de pena llorando por ti.
Antonio Vargas Heredia
se mueren de pena llorando por ti.
con una varita de mimbre en la mano,
por una verea que llega hasta el río
iba Antonio Vargas Heredia, el gitano.
Entre los naranjos la luna lunera
ponia en su frente su luz de azahar
y cuando apuntaban las claras del día
llevaba reflejos del verde olivar, del verde olivar.
Antonio Vargas Heredia,
flor de la raza calé
cayó el mimbre de tu mano
y de tu boca el clavel,
y de tu boca el clavel.
De puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
de Puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
las mocitas de Sierra Morena
se mueren de pena llorando por ti.
Antonio Vargas Heredia
se mueren de pena llorando por ti.
Era Antonio Vargas Heredia el gitano
el más arrogante y el mejor plantao,
y por los contornos de Sierra Morena
no lo hubo más bueno, más guapo ni honrao.
Pero por curpita de una hembra gitana
su faca en el pecho de un hombre se hundió,
los celos marditos nublaron sus ojos
y preso en la trena de rabia lloró, de rabia lloró.
Antonio Vargas Heredia,
flor de la raza calé
cayó el mimbre de tu mano
y de tu boca el clavel,
y de tu boca el clavel.
De puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
de Puente Geni a Lucena, de Loja a Benamejí,
las mocitas de Sierra Morena
se mueren de pena llorando por ti.
Antonio Vargas Heredia
se mueren de pena llorando por ti.