TIRI TI TRAN
TRAN TRAN TRAN
TIRI TI TRAN
TRAN TRAN TRAN
¡Ay! me dan
las sirenas de los barcos
escalofrios a mi me dan
las sirenitas de los barcos
que cuando dicen ¡ay! que se van
las sirenas de los barcos
que cuando dicen ¡ay! que se van.
En ese tren chiquitito
¡ay! de Matagorda
pa que arrancase
faltan palmitas sordas.
Si no hay salero prima
si no hay salero
se duerme el maquinista
y el fogonero.
No paran de llamarme
¡ay! tan alegre marinera
nunca paran de llamarme
¡ay! por las calles de la Isla
las campanitas ¡ay! del Carmen.
Ostiones y bocas de San Fernando
vino chiclanero pa rociarlo
que maravilla prima
que maravilla
que hasta San Pedro
le gustan las cañaillas.
Chiclana y el Trocaero
¡Ay! Puerto Real y la Isla
donde se cría la sal
y los pescaitos de estero.
Cuando se entra por Caí
por la bahía
se entra en el paraiso
de la alegría
de la alegría niña
de la alegría
Cuando se entra por Caí
por la bahía.
TRAN TRAN TRAN
TIRI TI TRAN
TRAN TRAN TRAN
¡Ay! me dan
las sirenas de los barcos
escalofrios a mi me dan
las sirenitas de los barcos
que cuando dicen ¡ay! que se van
las sirenas de los barcos
que cuando dicen ¡ay! que se van.
En ese tren chiquitito
¡ay! de Matagorda
pa que arrancase
faltan palmitas sordas.
Si no hay salero prima
si no hay salero
se duerme el maquinista
y el fogonero.
No paran de llamarme
¡ay! tan alegre marinera
nunca paran de llamarme
¡ay! por las calles de la Isla
las campanitas ¡ay! del Carmen.
Ostiones y bocas de San Fernando
vino chiclanero pa rociarlo
que maravilla prima
que maravilla
que hasta San Pedro
le gustan las cañaillas.
Chiclana y el Trocaero
¡Ay! Puerto Real y la Isla
donde se cría la sal
y los pescaitos de estero.
Cuando se entra por Caí
por la bahía
se entra en el paraiso
de la alegría
de la alegría niña
de la alegría
Cuando se entra por Caí
por la bahía.