Desperte con el bullicio de los claxons,
de los gritos, el que hacer de la ciudad.
Andando en la sotea, ha de ser el sol que breva
porque no ha podido entrar.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.
El universo es este cuarto
nuestra cama obscuro mar
y las sabanas revueltas
nos revuelcan y en la arena
nos gozamos sin parar.
Y dormirse nuevamente expulsando de la mente
toda inutil tempestad
comensar siempre de nuevo
como son todos los juegos
uno viene otro va.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.
Y las sabanas revueltas
nos revuelcan y en la arena
nos gozamos sin parar.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.
de los gritos, el que hacer de la ciudad.
Andando en la sotea, ha de ser el sol que breva
porque no ha podido entrar.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.
El universo es este cuarto
nuestra cama obscuro mar
y las sabanas revueltas
nos revuelcan y en la arena
nos gozamos sin parar.
Y dormirse nuevamente expulsando de la mente
toda inutil tempestad
comensar siempre de nuevo
como son todos los juegos
uno viene otro va.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.
Y las sabanas revueltas
nos revuelcan y en la arena
nos gozamos sin parar.
De repente ante una estrella
se me ocurre, sin pensar,
una eternidad nocturna,
que demente eternidad.