En Sevilla había una casa
y en la casa una ventana,
y en la ventana una niña
que las rosas envidiaban.
Por la noche, con la luna,
en el río se miraba.
-¡Ay, corazón-qué bonita es mi novia!
-¡Ay, corazón-"asomá" a la ventana!
Estribillo
Ay, ay, ay, ay,
no te mires en el río,
ay, ay, ay, ay,
que me haces padecer,
porque tengo, niña, celos de él,
Quiéreme tú,
ay, quiéreme tú, bien mío,
quiéreme tú,
niña de mi corazón,
matarile, rile, rilerón.
II
De la feria de Sevilla
él le trajo una alianza,
gargantilla de corales
y unos zarcillos de plata.
Y parecía una reina
asomada a su ventana.
-¡Ay, corazón!-le decía su novio.
-¡Ay, corazón!-al mirarla tan guapa.
Estribillo
III
Una noche de verano
cuando la luna asomaba
vino a buscarla su novio
y no estaba en la ventana.
Él la vió muerta en el río
y que el agua la llevaba.
-¡Ay, corazón - parecía una rosa!
-¡Ay, corazón - una rosa muy blanca!
Estribillo
Ay, ay, ay, ay,
¡Cómo se la lleva el río!
Ay, ay, ay, ay,
¡Lástima de mi querer!
Con razón tenía celos de él.
¡Ay, qué dolor!
¡Qué dolor del amor mío!
¡Ay, qué dolor!
¡Madre de mi corazón!
Matarile, rile rilerón.
y en la casa una ventana,
y en la ventana una niña
que las rosas envidiaban.
Por la noche, con la luna,
en el río se miraba.
-¡Ay, corazón-qué bonita es mi novia!
-¡Ay, corazón-"asomá" a la ventana!
Estribillo
Ay, ay, ay, ay,
no te mires en el río,
ay, ay, ay, ay,
que me haces padecer,
porque tengo, niña, celos de él,
Quiéreme tú,
ay, quiéreme tú, bien mío,
quiéreme tú,
niña de mi corazón,
matarile, rile, rilerón.
II
De la feria de Sevilla
él le trajo una alianza,
gargantilla de corales
y unos zarcillos de plata.
Y parecía una reina
asomada a su ventana.
-¡Ay, corazón!-le decía su novio.
-¡Ay, corazón!-al mirarla tan guapa.
Estribillo
III
Una noche de verano
cuando la luna asomaba
vino a buscarla su novio
y no estaba en la ventana.
Él la vió muerta en el río
y que el agua la llevaba.
-¡Ay, corazón - parecía una rosa!
-¡Ay, corazón - una rosa muy blanca!
Estribillo
Ay, ay, ay, ay,
¡Cómo se la lleva el río!
Ay, ay, ay, ay,
¡Lástima de mi querer!
Con razón tenía celos de él.
¡Ay, qué dolor!
¡Qué dolor del amor mío!
¡Ay, qué dolor!
¡Madre de mi corazón!
Matarile, rile rilerón.