Cuentan que alla por el bajo
reinaba entre el malevaje
una mujer de un coraje
y hermosura sin igual
era orgullosa altanera
que a todos los despreciaba
y por ella se trenzaban
los taitas del arrabal.
Pero habia dos malevos
que igualmente la querían
y los dos la persegían
firmes y sin desmayar
pero ella contestaba
con mentiras bien pensadas
y a los dos hombres decía
que ella al fin se quedaria
con aquel que más hombría
le supiera demostrar.
Hasta que al fin una noche
los rivales se encontraron
y ahi mismo se desafiaron
delante de la mujer
y tras de terrible lucha
la mina vio que caía
de los dos al que quería
rodando muerto a sus pies.
Dicen que al otro malevo
le costó muy caro el duelo
y con hondo desconsuelo
fue larga pena a c**plir
pero antes a la veleta
por traidora y por coqueta
pa que siempre se acordara
la marcó en forma tan clara
que va llevando en la cara
una roja cicatriz.
Cuentan que alla por el bajo
reinaba entre el malevaje
una mujer de un coraje
y hermosura sin igual
era orgullosa altanera
y a todos los despreciaba
y por ella se trenzaban
los taitas del arrabal.
asi cobraban sus cuentas
los varones de mi ayer.
reinaba entre el malevaje
una mujer de un coraje
y hermosura sin igual
era orgullosa altanera
que a todos los despreciaba
y por ella se trenzaban
los taitas del arrabal.
Pero habia dos malevos
que igualmente la querían
y los dos la persegían
firmes y sin desmayar
pero ella contestaba
con mentiras bien pensadas
y a los dos hombres decía
que ella al fin se quedaria
con aquel que más hombría
le supiera demostrar.
Hasta que al fin una noche
los rivales se encontraron
y ahi mismo se desafiaron
delante de la mujer
y tras de terrible lucha
la mina vio que caía
de los dos al que quería
rodando muerto a sus pies.
Dicen que al otro malevo
le costó muy caro el duelo
y con hondo desconsuelo
fue larga pena a c**plir
pero antes a la veleta
por traidora y por coqueta
pa que siempre se acordara
la marcó en forma tan clara
que va llevando en la cara
una roja cicatriz.
Cuentan que alla por el bajo
reinaba entre el malevaje
una mujer de un coraje
y hermosura sin igual
era orgullosa altanera
y a todos los despreciaba
y por ella se trenzaban
los taitas del arrabal.
asi cobraban sus cuentas
los varones de mi ayer.