Ya me he gastado el cerebro, de lo que queda de mes.
Tendré que comer acero, tendré que dormir de pie.
Veo tantos aeropuertos, como ganas de volver.
La imaginaria guerra de la sed.
Tengo pulpos en el pecho, por si quisieras comer.
Voy regando los helechos, entre minas por tu piel.
Veo tantos mares muertos, como barcos de papel.
La imaginaria guerra de la sed.
Y como la primera luz, una noche de alta mar.
Posturas, comisuras, faros...
hoy debemos navegar, con espejos para hablar, como dos enamorados.
Tus ojos como una bendición, me indultan del paredón.
Fusil, memoria de los años.
Hoy voy a tender mi corazón, lo voy a secar al sol, a fundirlo con estaño.
Y he recogido los huesos, del establo en el que te das.
Tendré que buscar camellos, que aún quieran caminar.
Veo tanto tiempo muerto, en relojes de cristal.
Y contrabando de almas en la oscuridad.
Nunca dejes aguaceros, cuando digas que te vas.
No te vayas nunca a un puerto, antes que llegue su sal.
Enciende todas las velas que está apunto de empezar.
El contrabando de armas en la oscuridad.
Y como la primera luz, una noche de alta mar.
Posturas, comisuras, faros...
hoy debemos navegar, con espejos para hablar, como dos enamorados.
Tus ojos como una bendición, me indultan del paredón.
Fusil, memoria de los años.
Hoy voy a tender mi corazón, lo voy a secar al sol, a fundirlo con estaño.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí, es como morder sin dientes.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí, es como morder sin dientes.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí.
Tendré que comer acero, tendré que dormir de pie.
Veo tantos aeropuertos, como ganas de volver.
La imaginaria guerra de la sed.
Tengo pulpos en el pecho, por si quisieras comer.
Voy regando los helechos, entre minas por tu piel.
Veo tantos mares muertos, como barcos de papel.
La imaginaria guerra de la sed.
Y como la primera luz, una noche de alta mar.
Posturas, comisuras, faros...
hoy debemos navegar, con espejos para hablar, como dos enamorados.
Tus ojos como una bendición, me indultan del paredón.
Fusil, memoria de los años.
Hoy voy a tender mi corazón, lo voy a secar al sol, a fundirlo con estaño.
Y he recogido los huesos, del establo en el que te das.
Tendré que buscar camellos, que aún quieran caminar.
Veo tanto tiempo muerto, en relojes de cristal.
Y contrabando de almas en la oscuridad.
Nunca dejes aguaceros, cuando digas que te vas.
No te vayas nunca a un puerto, antes que llegue su sal.
Enciende todas las velas que está apunto de empezar.
El contrabando de armas en la oscuridad.
Y como la primera luz, una noche de alta mar.
Posturas, comisuras, faros...
hoy debemos navegar, con espejos para hablar, como dos enamorados.
Tus ojos como una bendición, me indultan del paredón.
Fusil, memoria de los años.
Hoy voy a tender mi corazón, lo voy a secar al sol, a fundirlo con estaño.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí, es como morder sin dientes.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí, es como morder sin dientes.
Por porosa que sea tu piel, nunca es suficiente.
Comer fuera de tí.