iEp, ep, aro! iEp, ep, aro!
Esta es la historia señores de María Teresa Gomes
de la isla de Madeira de Portugal que a causa de un desengaño
pasó casi veinte años de su vida disfrazándose de militar.
En memoria de su hermano se convirtió en un soldado
el general t**o Aníbal ¡qué gran general!
Cambió de mujer a hombre de profesión
y de nombre en Lisboa aprovechando la revolución.
Nada como el uniforme algo tan serio y tan noble,
para conquistar la gloria y también el amor.
Casó con doña Joaquina algo lenta en la cocina
y la convirtió en la reina de su corazón.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
Fue padrino la impostora de bautizos y de bodas
-con uniforme de gala de estado mayor.
Pasó apuros financieros pidió prestado dinero
a un fotógrafo usurero que la denunció
y en el reconocimiento descubrieron
el talento con los falsos documentos de la usurpación.
Al conocer la verdad ¡Señor, qué barbaridad!
declaró doña Joaquina en el tribunal,
de aquel raro casamiento nunca hubo c**plimiento
ni tampoco tocamiento de tipo carnal,
aunque en el cuarto de baño un día vio algo extraño
algo que no le cuadraba con un militar.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada de¡ valor mi general.
Así termina la historia para siempre en la memoria
de María Teresa Gomes en un tribunal.
Para colmo de insumisos el ejército no quiso
que acabara en la reserva como militar.
Ya es castigo suficiente tanta soledad
en la gente para encima desertar de la felicidad.
iEp, ep, aro! Marchaba como un soldado de paisano
y esposado entró en la prisión.
Un veterano de Angola con su sable y su pistola
a la cárcel de mujeres el juez lo mandó.
Teresiña, Teresiña aunque seas por dentro niña
de los pies a la cabeza eres todo un señor.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
iEp, ep, aro! iEp, ep, aro!
Esta es la historia señores de María Teresa Gomes
de la isla de Madeira de Portugal que a causa de un desengaño
pasó casi veinte años de su vida disfrazándose de militar.
En memoria de su hermano se convirtió en un soldado
el general t**o Aníbal ¡qué gran general!
Cambió de mujer a hombre de profesión
y de nombre en Lisboa aprovechando la revolución.
Nada como el uniforme algo tan serio y tan noble,
para conquistar la gloria y también el amor.
Casó con doña Joaquina algo lenta en la cocina
y la convirtió en la reina de su corazón.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
Fue padrino la impostora de bautizos y de bodas
-con uniforme de gala de estado mayor.
Pasó apuros financieros pidió prestado dinero
a un fotógrafo usurero que la denunció
y en el reconocimiento descubrieron
el talento con los falsos documentos de la usurpación.
Al conocer la verdad ¡Señor, qué barbaridad!
declaró doña Joaquina en el tribunal,
de aquel raro casamiento nunca hubo c**plimiento
ni tampoco tocamiento de tipo carnal,
aunque en el cuarto de baño un día vio algo extraño
algo que no le cuadraba con un militar.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada de¡ valor mi general.
Así termina la historia para siempre en la memoria
de María Teresa Gomes en un tribunal.
Para colmo de insumisos el ejército no quiso
que acabara en la reserva como militar.
Ya es castigo suficiente tanta soledad
en la gente para encima desertar de la felicidad.
iEp, ep, aro! Marchaba como un soldado de paisano
y esposado entró en la prisión.
Un veterano de Angola con su sable y su pistola
a la cárcel de mujeres el juez lo mandó.
Teresiña, Teresiña aunque seas por dentro niña
de los pies a la cabeza eres todo un señor.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
Mi general, mi general siempre a sus órdenes señor sin novedad.
Por ese amor le van a dar la laureada M valor mi general.
iEp, ep, aro! iEp, ep, aro!