Sin motivo y sin razón
la hice de llorar un día.
Perdóname mare mía,
que ahora comprendo yo
lo que conmigo sufría.
Su cuerpo era una escultura
y su cara una belleza
pero el alma la tenía
negra como la corteza
de una embarcación perdía.
la hice de llorar un día.
Perdóname mare mía,
que ahora comprendo yo
lo que conmigo sufría.
Su cuerpo era una escultura
y su cara una belleza
pero el alma la tenía
negra como la corteza
de una embarcación perdía.