[Soleares de la Serneta]
Cada vez que nos miramos,
yo no sé por qué será,
se le pone a esta flamenquita
la carita colorá.
Que no me tienes cariño,
me manejas a tu placer
como si yo fuera un niño.
Me senté sobre tu cama,
lágrimas como garbanzos
me caían por la cara.
Por Dios Tomasa
vente conmigo
y no tengas guasa.
Cada vez que nos miramos,
yo no sé por qué será,
se le pone a esta flamenquita
la carita colorá.
Que no me tienes cariño,
me manejas a tu placer
como si yo fuera un niño.
Me senté sobre tu cama,
lágrimas como garbanzos
me caían por la cara.
Por Dios Tomasa
vente conmigo
y no tengas guasa.