Ya ves,
el día no amanece,
Polaco Goyeneche
cantame un tango más.
Ya ves,
la noche se hace larga,
tu vida tiene un carma,
cantar, siempre cantar.
Tu voz,
que al tango lo emociona,
diciendo el punto y coma
que nadie le cantó.
Tu voz,
de duendes y fantasmas,
respira con el asma
de un viejo bandoneón.
Canta,
garganta con arena,
tu voz tiene la pena
que Malena no cantó.
Canta,
que Juárez te condena,
al lastimar tu pena
con su blanco bandoneón.
Canta,
la gente está aplaudiendo,
y aunque te estés muriendo
no conocen tu dolor.
Canta,
que Troilo, desde el cielo,
debajo de tu almohada
un verso te dejó.
Cantor
de un tango algo insolente,
hiciste que a la gente
le duela tu dolor.
Cantor
de un tango equilibrista,
más que cantor, artista,
con vicios de cantor.
Ya ves,
a mí y a Buenos Aires
nos falta siempre el aire
cuando no esta tu voz.
A vos,
que tanto me enseñaste,
el día que cantaste
conmigo una canción.
el día no amanece,
Polaco Goyeneche
cantame un tango más.
Ya ves,
la noche se hace larga,
tu vida tiene un carma,
cantar, siempre cantar.
Tu voz,
que al tango lo emociona,
diciendo el punto y coma
que nadie le cantó.
Tu voz,
de duendes y fantasmas,
respira con el asma
de un viejo bandoneón.
Canta,
garganta con arena,
tu voz tiene la pena
que Malena no cantó.
Canta,
que Juárez te condena,
al lastimar tu pena
con su blanco bandoneón.
Canta,
la gente está aplaudiendo,
y aunque te estés muriendo
no conocen tu dolor.
Canta,
que Troilo, desde el cielo,
debajo de tu almohada
un verso te dejó.
Cantor
de un tango algo insolente,
hiciste que a la gente
le duela tu dolor.
Cantor
de un tango equilibrista,
más que cantor, artista,
con vicios de cantor.
Ya ves,
a mí y a Buenos Aires
nos falta siempre el aire
cuando no esta tu voz.
A vos,
que tanto me enseñaste,
el día que cantaste
conmigo una canción.