El dinero en una noche se le acabó
y el señor remordimiento apareció.
Entregado por el juego vino por el
combinadas las materias para el placer.
Fueron una, fueron veinte, fueron cien
las jugadas bien planeadas, todas por él.
Ordenado y bien prolijo para jugar
pero nunca preparado para pagar.
Por más que no quiera
su vida es cualquiera.
Por más que no deba
jugar es su emblema.
y el señor remordimiento apareció.
Entregado por el juego vino por el
combinadas las materias para el placer.
Fueron una, fueron veinte, fueron cien
las jugadas bien planeadas, todas por él.
Ordenado y bien prolijo para jugar
pero nunca preparado para pagar.
Por más que no quiera
su vida es cualquiera.
Por más que no deba
jugar es su emblema.