Sé quien se fue de una puesta de sol para
ser un heraldo del amanecer. Mariposas nocturnas
le llaman traidor y las diurnas esperan a su
aparecer. Falsa como la dicha que acuna el alcohol
a la que la resaca, castiga después, es
vivir de un pasado que ya se nos fue. Yo lo vi, yo
lo sé Pobre el gregario que el destino le
hizo rey y ejecuta según el cantar del
bufón, cuando eleve la risa a la altura de
ley. Es que el llanto va dueño de la
situación. Soñador alejándole
el suelo a tus pies te sustentas pisando el
sueño a los demás, y de arenga
elocuente vamos hasta los dientes.
Yo lo sé, yo lo vi: son los argumentos.
En un barco que zarpa, hacia el alba, quien toca
el arpa animará al que rema, cantará
de esperanzas pero también de las esencias
de las penas. Arideces del alma, del alma propia
como el alma ajena, apuntando a la sombra, que no
hay mejor guarida que la luz que quema. En
qué lugar las verdades más fieras se
vuelven rameras cobrándonos la candidez. En
qué lugar ajeno esconde el veneno la
vida... Voy tejiendo mi abrigo, ya vamos a ver si
me cubre del sueño hasta el genital, el
invierno comienza en la puesta de sol... Yo lo
sé, yo lo vi. [VUELVE A ESTRIBILLO]
ser un heraldo del amanecer. Mariposas nocturnas
le llaman traidor y las diurnas esperan a su
aparecer. Falsa como la dicha que acuna el alcohol
a la que la resaca, castiga después, es
vivir de un pasado que ya se nos fue. Yo lo vi, yo
lo sé Pobre el gregario que el destino le
hizo rey y ejecuta según el cantar del
bufón, cuando eleve la risa a la altura de
ley. Es que el llanto va dueño de la
situación. Soñador alejándole
el suelo a tus pies te sustentas pisando el
sueño a los demás, y de arenga
elocuente vamos hasta los dientes.
Yo lo sé, yo lo vi: son los argumentos.
En un barco que zarpa, hacia el alba, quien toca
el arpa animará al que rema, cantará
de esperanzas pero también de las esencias
de las penas. Arideces del alma, del alma propia
como el alma ajena, apuntando a la sombra, que no
hay mejor guarida que la luz que quema. En
qué lugar las verdades más fieras se
vuelven rameras cobrándonos la candidez. En
qué lugar ajeno esconde el veneno la
vida... Voy tejiendo mi abrigo, ya vamos a ver si
me cubre del sueño hasta el genital, el
invierno comienza en la puesta de sol... Yo lo
sé, yo lo vi. [VUELVE A ESTRIBILLO]