Tú piensas que eres distinto,
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte,
más allá de las estrellas.
Tú piensas que eres distinto,
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte,
más allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
Poeta de tiernas rimas:
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas,
del hachero y sus miserias.
Poeta de tiernas rimas:
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas,
del hachero y sus miserias.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
Vive junto con el pueblo;
no lo mires desde afuera,
que lo primero es el hombre,
y lo segundo, poeta.
Vive junto con el pueblo;
no lo mires desde afuera,
que lo primero es el hombre,
y lo segundo, poeta.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte,
más allá de las estrellas.
Tú piensas que eres distinto,
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte,
más allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
Poeta de tiernas rimas:
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas,
del hachero y sus miserias.
Poeta de tiernas rimas:
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas,
del hachero y sus miserias.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
Vive junto con el pueblo;
no lo mires desde afuera,
que lo primero es el hombre,
y lo segundo, poeta.
Vive junto con el pueblo;
no lo mires desde afuera,
que lo primero es el hombre,
y lo segundo, poeta.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.