Vagas la noche, besando la tierra,
Labios de vidrio y modales caninos,
Y aquel amigo empinando ese vino,
Escapándole al idioma de las perras.
Y en los andenes gemidos de hembra,
Y el abandono a las moscas del tiempo,
Calido infierno, que no es infierno,
En una noche de arrabal.
Dicen que la vieron irse,
Sin mirar para atrás,
Y yo que no apuro el paso,
Por lo que no quiero alcanzar.
Que su entrepierna otro ardor saborea,
Y no me marea sufrir la verdad,
La eternidad se fue haciendo recuerdo,
Que sangre y madera vuelve a ser metal,
Vague la noche, besando la tierra,
La soledad siempre un mismo destino,
Y no es el escabio de los vencidos,
Lo que nos junta en el bar.
Y celebramos la vida,
Al menos por un momento,
Cuando el amor brinda muerto,
Una copa vacía ha de quedar,
Que a ustedes debo la sangre,
De saber con quien sangrar
Dicen que tengo que irme,
Pero me quiero quedar,
Bancar la racha fulera,
Sea por ella o por lo demás.
Que su entrepierna otro ardor saborea,
Y no me marea sentir la verdad,
La eternidad se fue haciendo recuerdo,
Que sangre y madera, y esta pena de arrabal.
Labios de vidrio y modales caninos,
Y aquel amigo empinando ese vino,
Escapándole al idioma de las perras.
Y en los andenes gemidos de hembra,
Y el abandono a las moscas del tiempo,
Calido infierno, que no es infierno,
En una noche de arrabal.
Dicen que la vieron irse,
Sin mirar para atrás,
Y yo que no apuro el paso,
Por lo que no quiero alcanzar.
Que su entrepierna otro ardor saborea,
Y no me marea sufrir la verdad,
La eternidad se fue haciendo recuerdo,
Que sangre y madera vuelve a ser metal,
Vague la noche, besando la tierra,
La soledad siempre un mismo destino,
Y no es el escabio de los vencidos,
Lo que nos junta en el bar.
Y celebramos la vida,
Al menos por un momento,
Cuando el amor brinda muerto,
Una copa vacía ha de quedar,
Que a ustedes debo la sangre,
De saber con quien sangrar
Dicen que tengo que irme,
Pero me quiero quedar,
Bancar la racha fulera,
Sea por ella o por lo demás.
Que su entrepierna otro ardor saborea,
Y no me marea sentir la verdad,
La eternidad se fue haciendo recuerdo,
Que sangre y madera, y esta pena de arrabal.