Montado en su hidalgo corcel se marchó
armado de espada y honor.
Son siete las lunas que él cabalgó,
cargando muerte y dolor.
Andando una noche a lo lejos el vio
un pueblo que en ruinas quedó,
cruzadas y feudos diezmaron sin más
a toda vida del lugar.
Entre el humo y el fuego apareció
una hermosa niña llorando
Vestía trapos, miseria y dolor
su rostro era sangre y temor.
Pero en sus ojos
el pudo ver la verdad.
Abrió sus ojos
la esperanza y libertad.
Y en sus ojos
él pudo ver la razón.
Él vio en sus ojos
el olvido de un tiempo mejor.
La abrazó y la llevó junto a él
buscando un rumbo mejor
Encontró una pequeña ciudad
donde conoció a una mujer.
Le pidió que cuide a esa niña
con toda su devoción.
Después se subió a su noble corcel
y nunca más se lo vio.
La luna llena alumbró su valor
en la pura batalla que entonces libró
cuando a traición un cobarde lo hirió
y sin fuerzas se desmayó.
Cuando abrio los ojos
vio a una dulce mujer
fue quien lo cuidó
hasta que se despertó.
Y eran los ojos
de la niña que salvó
y vio en sus ojos
el destino de un tiempo mejor.
Pero en sus ojos
el pudo ver la verdad.
Abrió sus ojos
la esperanza y la libertad.
Y en sus ojos
él pudo ver la razón.
Él vio en sus ojos
el olvido de un tiempo mejor.
armado de espada y honor.
Son siete las lunas que él cabalgó,
cargando muerte y dolor.
Andando una noche a lo lejos el vio
un pueblo que en ruinas quedó,
cruzadas y feudos diezmaron sin más
a toda vida del lugar.
Entre el humo y el fuego apareció
una hermosa niña llorando
Vestía trapos, miseria y dolor
su rostro era sangre y temor.
Pero en sus ojos
el pudo ver la verdad.
Abrió sus ojos
la esperanza y libertad.
Y en sus ojos
él pudo ver la razón.
Él vio en sus ojos
el olvido de un tiempo mejor.
La abrazó y la llevó junto a él
buscando un rumbo mejor
Encontró una pequeña ciudad
donde conoció a una mujer.
Le pidió que cuide a esa niña
con toda su devoción.
Después se subió a su noble corcel
y nunca más se lo vio.
La luna llena alumbró su valor
en la pura batalla que entonces libró
cuando a traición un cobarde lo hirió
y sin fuerzas se desmayó.
Cuando abrio los ojos
vio a una dulce mujer
fue quien lo cuidó
hasta que se despertó.
Y eran los ojos
de la niña que salvó
y vio en sus ojos
el destino de un tiempo mejor.
Pero en sus ojos
el pudo ver la verdad.
Abrió sus ojos
la esperanza y la libertad.
Y en sus ojos
él pudo ver la razón.
Él vio en sus ojos
el olvido de un tiempo mejor.