Era el 6 de Enero de 1883
Fue el primer día que yo respiré el aire de esta tierra
en Beshart, allí nací.
Beshart...
En las sierras del norte del Líbano.
El aroma de sus cedros me guía la mano cuando escríbo sobre él.
Beshart...
Bellos y tristes recuerdos.
El pan faltando en la mesa.
El rostro cansado de mi madre, su dulce mano.
La religión, el creer, perseguido, la emigración.
Mi hermano Pedro, mis dos hermanas Mariana y Sultana.
Mi madre y yo vivendo alejarse nuestra tierra,
alegría y sufrimientos.
Y aliá, en los Estados Unidos,
la tuberculosis llevándose a mi família.
Mi hermana y yo sólos en Boston.
Mi hermana cosiendo bajo la débil luz de gas
para poder regalarme un sombrero nuevo.
Mariana, tu aguja me perfora los ojos
y tu hilo me aprieta el cuello.
Luego volver a Beirut a estudiar,
a gozar y a asombrarme de aquellos lugares
que hablan de grandeza y majestuosidad,
que el tiempo no ha podido arrasar,
y sinembargo el hombre hoy...
Yo os odio hermanos, porque vosotros odiás la gloria y la grandeza,
y yo os detesto, porque vosotros os detestáis a vosotros mismos!
Así os he calummiado con mis labios mientras mi corazón
sangrando os llamaba con los más suaves y lindos nombres.
Alma mía, si no es por mi ambición de vivir la inmortalidad
no hubiera compuesto himno alguno para que canten los siglos futuros
Nunca se supo bien quién era él, de dónde vino,
con su bondad, su sensillez.
Todos sentían que al oír su voz, la paz brotaba,
tal vez su hablar, su lucidez.
Dinos pues que sabes tú del hombre,
qué debe hacer por ser feliz,
no es el ser feliz lo que el hombre ha de buscar sino hacer más feliz,
a todo aquel que viva en paz.
Fue el primer día que yo respiré el aire de esta tierra
en Beshart, allí nací.
Beshart...
En las sierras del norte del Líbano.
El aroma de sus cedros me guía la mano cuando escríbo sobre él.
Beshart...
Bellos y tristes recuerdos.
El pan faltando en la mesa.
El rostro cansado de mi madre, su dulce mano.
La religión, el creer, perseguido, la emigración.
Mi hermano Pedro, mis dos hermanas Mariana y Sultana.
Mi madre y yo vivendo alejarse nuestra tierra,
alegría y sufrimientos.
Y aliá, en los Estados Unidos,
la tuberculosis llevándose a mi família.
Mi hermana y yo sólos en Boston.
Mi hermana cosiendo bajo la débil luz de gas
para poder regalarme un sombrero nuevo.
Mariana, tu aguja me perfora los ojos
y tu hilo me aprieta el cuello.
Luego volver a Beirut a estudiar,
a gozar y a asombrarme de aquellos lugares
que hablan de grandeza y majestuosidad,
que el tiempo no ha podido arrasar,
y sinembargo el hombre hoy...
Yo os odio hermanos, porque vosotros odiás la gloria y la grandeza,
y yo os detesto, porque vosotros os detestáis a vosotros mismos!
Así os he calummiado con mis labios mientras mi corazón
sangrando os llamaba con los más suaves y lindos nombres.
Alma mía, si no es por mi ambición de vivir la inmortalidad
no hubiera compuesto himno alguno para que canten los siglos futuros
Nunca se supo bien quién era él, de dónde vino,
con su bondad, su sensillez.
Todos sentían que al oír su voz, la paz brotaba,
tal vez su hablar, su lucidez.
Dinos pues que sabes tú del hombre,
qué debe hacer por ser feliz,
no es el ser feliz lo que el hombre ha de buscar sino hacer más feliz,
a todo aquel que viva en paz.