Aquel señor a quien compraba las flores que te daba
me preguntó por tí
que qué paso, que por qué no te llevaba
le tuve que decir que no te veo más
que te fuiste de mí, que ya no sé de tí
no le pude mentir, pues flores otra vez
no le he vuelto a comprar.
Aquel nuestro camino, que solíamos andar
donde las aves al mirarnos se ponían a cantar
los árboles aún se inclinan para verte caminar
y todo queda triste cuando ven que tú no estás.
Aquel señor,
que nos deseara que fuéramos dichosos
me quiso consolar
cuando miró que yo me ahogaba entre sollozos
me dijo que tal vez mañana volverás
o que quizá algún dia a mi lado estarás
y será cuando entonces las flores que me vende
yo le vuelva a comprar.
Aquel señor,
que nos deseara que fuéramos dichosos
me quiso consolar
cuando miró que yo me ahogaba entre sollozos
me dijo que tal vez mañana volverás
o que quizá algún dia a mi lado estarás
y será cuando entonces las flores que me vende
yo le vuelva a comprar.
Aquel señor,
aquel señor.
me preguntó por tí
que qué paso, que por qué no te llevaba
le tuve que decir que no te veo más
que te fuiste de mí, que ya no sé de tí
no le pude mentir, pues flores otra vez
no le he vuelto a comprar.
Aquel nuestro camino, que solíamos andar
donde las aves al mirarnos se ponían a cantar
los árboles aún se inclinan para verte caminar
y todo queda triste cuando ven que tú no estás.
Aquel señor,
que nos deseara que fuéramos dichosos
me quiso consolar
cuando miró que yo me ahogaba entre sollozos
me dijo que tal vez mañana volverás
o que quizá algún dia a mi lado estarás
y será cuando entonces las flores que me vende
yo le vuelva a comprar.
Aquel señor,
que nos deseara que fuéramos dichosos
me quiso consolar
cuando miró que yo me ahogaba entre sollozos
me dijo que tal vez mañana volverás
o que quizá algún dia a mi lado estarás
y será cuando entonces las flores que me vende
yo le vuelva a comprar.
Aquel señor,
aquel señor.