Es temprano para el sol
pero tarde para hablar, mi amor,
tan tarde que el aliento de la noche parece terminar
en palabras, nada más.
En palabras, nada más,
pero para no pensar.
Será que entre las hojas que nunca se cayeron estará
perdida la verdad.
A estas horas pierdo la memoria si no estoy contigo.
Amigo, perdí mi camino en el último bar
y pasé la noche entera preguntándole a la luna
si puedo volver atrás...
si puedo volver atrás.
Pero no me contestaba,
pero no me dijo nada:
si no rompió el silencio será que no le hablé con claridad
cuando casi sale el sol.
Cuando casi sale el sol,
a la hora del perdón,
la hora que te arranca lentamente tu ronca confesión
y te nubla la visión.
A estas horas pierdo la memoria y el resto es historia:
camarero, perdí mi dinero jugándome el sueldo
con profesionales del juego de azar.
Volví casi sin consuelo
donde siempre terminaré,
donde guardo lo que encuentro, donde duermo y me despierto con el sol,
donde siempre te esperaré.
Pero nadie me esperaba,
pero nadie se reía,
solamente lo que había era una carta y propaganda en el buzón,
y la carta no era mía.
Nunca es tarde si viene a buscarte la dicha algún día,
el mar limpiará las heridas con agua y con sal...
y será la hora de empezar de nuevo, de no verte más.
Será casi la hora
de empezar de nuevo, de no verte más.
Viene siendo la hora
de empezar de nuevo, de no verte más...
el tiempo lo dirá.
pero tarde para hablar, mi amor,
tan tarde que el aliento de la noche parece terminar
en palabras, nada más.
En palabras, nada más,
pero para no pensar.
Será que entre las hojas que nunca se cayeron estará
perdida la verdad.
A estas horas pierdo la memoria si no estoy contigo.
Amigo, perdí mi camino en el último bar
y pasé la noche entera preguntándole a la luna
si puedo volver atrás...
si puedo volver atrás.
Pero no me contestaba,
pero no me dijo nada:
si no rompió el silencio será que no le hablé con claridad
cuando casi sale el sol.
Cuando casi sale el sol,
a la hora del perdón,
la hora que te arranca lentamente tu ronca confesión
y te nubla la visión.
A estas horas pierdo la memoria y el resto es historia:
camarero, perdí mi dinero jugándome el sueldo
con profesionales del juego de azar.
Volví casi sin consuelo
donde siempre terminaré,
donde guardo lo que encuentro, donde duermo y me despierto con el sol,
donde siempre te esperaré.
Pero nadie me esperaba,
pero nadie se reía,
solamente lo que había era una carta y propaganda en el buzón,
y la carta no era mía.
Nunca es tarde si viene a buscarte la dicha algún día,
el mar limpiará las heridas con agua y con sal...
y será la hora de empezar de nuevo, de no verte más.
Será casi la hora
de empezar de nuevo, de no verte más.
Viene siendo la hora
de empezar de nuevo, de no verte más...
el tiempo lo dirá.