Te llegue a querer mucho,
insospechadamente,
que ni yo mismo me explico
tal modo de adorar
Y queriendote tanto,
te me vas de rependete,
te me vas sin que pueda
tus besos alcanzar
Cuanta desesperanza,
que vacio tan profundo,
repicar de campanas
en mi tarde mortal
Y todo el desconsuelo,
regado por el mundo,
parece que en mi alma
se ha venido a congelar
Cuanta desesperanza,
que vacio tan profundo,
repicar de campanas
en mi tarde mortal
Y todo el desconsuelo,
regado por el mundo,
parece que en mi alma
se ha venido a congelar
insospechadamente,
que ni yo mismo me explico
tal modo de adorar
Y queriendote tanto,
te me vas de rependete,
te me vas sin que pueda
tus besos alcanzar
Cuanta desesperanza,
que vacio tan profundo,
repicar de campanas
en mi tarde mortal
Y todo el desconsuelo,
regado por el mundo,
parece que en mi alma
se ha venido a congelar
Cuanta desesperanza,
que vacio tan profundo,
repicar de campanas
en mi tarde mortal
Y todo el desconsuelo,
regado por el mundo,
parece que en mi alma
se ha venido a congelar