Con esa forma extraña
que tienes de decir
las cosas más normales
para hacerme reír
con esa boca que es el mejor sitio
para perderse un rato.
Con esa cara guapa
de Arcángel San Gabriel
y esa mirada vaga
que acaricia la piel
con ese andar flexible y silencioso
que recuerda al de un gato
y esa expresión que tienes cuando quieres
del que nunca en su vida ha roto un plato.
Hay que ver sin embargo
qué malo eres,
empeñado en decirme
que no me quieres.
Con ese cuerpo sabio
que me impide dormir
y esa vida en los labios
que quiero para mí
con ese gesto ausente y pensativo
que pones al mirarme
y esas manos que, aunque no te des cuenta
han sido hechas para acariciarme.
Hay que ver sin embargo
qué malo eres,
empeñado en decirme
que no me quieres.
que tienes de decir
las cosas más normales
para hacerme reír
con esa boca que es el mejor sitio
para perderse un rato.
Con esa cara guapa
de Arcángel San Gabriel
y esa mirada vaga
que acaricia la piel
con ese andar flexible y silencioso
que recuerda al de un gato
y esa expresión que tienes cuando quieres
del que nunca en su vida ha roto un plato.
Hay que ver sin embargo
qué malo eres,
empeñado en decirme
que no me quieres.
Con ese cuerpo sabio
que me impide dormir
y esa vida en los labios
que quiero para mí
con ese gesto ausente y pensativo
que pones al mirarme
y esas manos que, aunque no te des cuenta
han sido hechas para acariciarme.
Hay que ver sin embargo
qué malo eres,
empeñado en decirme
que no me quieres.