El Padre Antonio Tejeira vino de España,
buscando nuevas promesas en esta tierra.
Llegó a la selva sin la esperanza de ser obispo,
y entre el calor y entre los mosquitos habló de Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano,
entre papeles y sueños de aire acondicionado;
y fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermón,
cada semana pa' los que busquen la salvación.
El niño Andrés Eloy Pérez tiene diez años,
estudia en la elementaria "Simón Bolívar".
Todavía no sabe decir el Credo correctamente;
le gusta el río, jugar al fútbol y estar ausente.
Le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo,
a ver si la conexión compone al chiquillo;
y su familia está muy orgullosa, porque a su vez, se cree
que con Dios conectando a uno, conecta a diez.
Suenan la campanas un, dos, tres,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
El padre condena la violencia,
sabe por experiencia que no es la solución.
Les habla de amor y de justicia,
de Dios va la noticia, vibrando en su sermón.
Suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Al padre lo halló la guerra un domingo de misa,
dando la comunión en mangas de camisa.
buscando nuevas promesas en esta tierra.
Llegó a la selva sin la esperanza de ser obispo,
y entre el calor y entre los mosquitos habló de Cristo.
El padre no funcionaba en el Vaticano,
entre papeles y sueños de aire acondicionado;
y fue a un pueblito en medio de la nada a dar su sermón,
cada semana pa' los que busquen la salvación.
El niño Andrés Eloy Pérez tiene diez años,
estudia en la elementaria "Simón Bolívar".
Todavía no sabe decir el Credo correctamente;
le gusta el río, jugar al fútbol y estar ausente.
Le han dado el puesto en la iglesia de monaguillo,
a ver si la conexión compone al chiquillo;
y su familia está muy orgullosa, porque a su vez, se cree
que con Dios conectando a uno, conecta a diez.
Suenan la campanas un, dos, tres,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
El padre condena la violencia,
sabe por experiencia que no es la solución.
Les habla de amor y de justicia,
de Dios va la noticia, vibrando en su sermón.
Suenan las campanas: un, dos, tres
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Suenan la campanas otra vez,
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.
Al padre lo halló la guerra un domingo de misa,
dando la comunión en mangas de camisa.